Santiago. Los proyectos de apoyo a familias que viven en zonas vulnerables y en pobreza, aún no llegan hasta el sector Arroyo Hondo Abajo, donde al menos 50 viviendas levantadas en la cañada corren el riesgo del colapso.
Aunque hace un tiempo desalojaron a varias personas que construyeron casuchas debajo del puente, ante el peligro que representa por los deslizamientos y daños en los aproches, otro grupo sigue en condición de riesgo.
A la situación que enfrentan, se agregan los niveles de contaminación que genera la cañada desde la barriada ubicada al sur del municipio cabecera de Santiago de los Caballeros y que desemboca en las aguas del río Yaque del Norte.
Y es que una gran parte de los baños o letrinas de las viviendas, desaguan en dicho afluente, unido a la cantidad de basura que lanzan desde los hogares.
Piden apoyo
Marcos Cruz, del bloque de organizaciones comunitarias de Arroyo Hondo Abajo, cuestiona el poco respaldo recibido tanto del Gobierno central como de la alcaldía de Santiago de los Caballeros.
“Aquí se inició hace mucho tiempo el encache de una parte de la cañada para proteger las viviendas, pero no dieron continuidad a las labores y ahora estas familias corren riesgo de que en cualquier momento, con deslizamientos de tierra, puedan perder lo que construyeron”, apunta Cruz al hablar con reporteros de elCaribe.
Cruz espera además que las autoridades se enfoquen en un plan de apoyo de iluminación de varias áreas, ante la cantidad de denuncias de personas asaltadas por los delincuentes.
A esa misma situación se enfrentan cientos de familias en comunidades de Pekín, cuyas casas fueron levantadas a la orilla de la Cañada del Diablo.
50 mil personas viven cerca de cañadas
Un estudio sobre análisis de riesgos efectuado por el Plan Estratégico en este municipio, y levantado hace más de cuatro años, establecía que 50,717 personas viven en ríos, cañadas y arroyos, expuestas a catástrofes y eventos riesgosos como inundaciones, deslizamientos y derrumbes. Santiago tiene 80 cañadas ocupadas por familias en condición de vulnerabilidad.
MIGUEL PONCE