Abierto de EUA arranca a pesar de la pandemia

En abril, la idea de dis­putar el Abierto de Esta­dos Unidos en su fecha original parecía imposi­ble. El coronavirus estaba en su punto máximo en Nueva York; una insta­lación de canchas bajo techo fue transformado en un hospital de cam­paña.

La pandemia había paralizado casi todo en la sociedad, incluyendo la actividad deportiva. Wimbledon fue cancela­do por primera vez en 75 años, el Abierto de Fran­cia fue pospuesto y la fe­deración estadounidense de tenis también contem­plaba un cambio de sus fechas.

El lunes, último día de agosto, el US Open 2020 se pondrá en marcha — en la fecha prevista, aun­que sin espectadores y con un jugador retira­do del cuadro luego que diera positivo por el CO­VID-19.

Benoit Paire, un fran­cés que era el 17mo ca­beza de serie, fue re­emplazado en la llave el domingo, recordato­rio de las circunstancias que rodean este empe­ño de asegurar que este evento Grand Slam sea realidad.

Hay otros recordato­rios. Todos los carteles de plástico que tapizan un complejo de canchas más quieto de lo normas, con pedidos y advertencias.

“Hay que cuidarse. Por favor póngase una más­cara y guarde la distan­cia”.

“A menos que esté co­miendo, por favor use la máscara en el come­dor”.

“¡Hemos vuelto! Pero los abrazos no. Algunas maneras de decir hola: abrazos virtuales, to­que rápidos de codos. Por favor evite: abra­zos, saludar con el pu­ño”.

“Mantenga segura la burbuja. Avísenos si es testigo de una conducta incorrecta”, con un número de teléfono para llamar.

Las tiendas que venden indumentaria y otras mer­caderías están vacías, los maniquís desnudos. En lugar de una plaza prin­cipal repleta de aficiona­dos comiendo y bebiendo, presumiendo de sus com­pras y hablando de tenis, el espacio ha quedado re­servado para que los ju­gadores pasen el tiempo, con golf de miniatura, un aro de baloncesto y un enorme cuadro de ajedrez para el disfrute al aire li­bre.

“Cuando sales y va a una práctica — hay que ir an­dando y está bien. No hay nadie alrededor, así que no te van a parar”, comentó Andy Murray, quien ganó el primero de sus tres títu­los de Grand Slam en Flus­hing Meadows en 2012. “Está muy quieto y muy re­lajado”. Pero Murray pasó a describir otra sensación al desplazarse de vuelta al vestuario tras entrenar la semana pasada.

“Me quedé diciendo: ’Wow, esto es muy triste, porque este es un sitio que usualmente vibra de ener­gía y entusiasmo, cuando el torneo está por comen­zar”, reflexionó el británi­co. “Ahora son tenistas y sus acompañantes, andando con máscaras puesto. Todo es tan diferente y un poco triste”.

El torneo comenzará poco antes la mañana del lunes en el estadio Arthur Ashe, donde muchos de los asientos han sido cu­biertas con pedazos de lo­nas con mensajes como “Nueva York es Fuerte” y “Black Lives Matter”. Ka­rolina Pliskova, subcam­peona en 2016 y máxima cabeza de serie femenina, enfrentará a Anhelina Ka­linina en el primer parti­do.

AP

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