POR DANILO CRUZ PICHARDO.- Como no podían ganar una convención libre, en la que voten todos los militantes del PRM, los cerebros de Palacio hicieron una reunión de empleados públicos. Esos mismos estrategas piensan que solo necesitan quitar el 50 más uno y bajarlo al 40. Creen que de esa forma la reelección está garantizada y no es así. Lo que es igual no es ventaja.
Se requiere mantener a los dos grandes partidos de oposición separados. No es necesario buscarse expertos internacionales. A Balaguer siempre le dio resultado la separación de Bosch y Peña. Y Danilo Medina, otro estratega, aprovechó el control que tuvo del TSE para dividir al PRD y entregarlo a Miguel Vargas, que apenas tenía un 5% de la militancia.
Hipólito, Luis y demás líderes, aunque eran mayoría, tuvieron que improvisar al PRM para participar en la contienda comicial del 2016. La labor desempeñada no fue mala, pero insuficiente para impedir que Medina se reelija con facilidad, porque los votos del PRD se dispersaron y la percepción de división genera históricamente un impacto sicológico negativo en el electorado.
Más que pensar en reducir el porcentaje requerido para ganar un certamen presidencial, la mejor idea es habilitar a Danilo Medina, para que pueda promoverse con miras al 2024. ¿Hay otra forma de mantener separados a Danilo y a Leonel? No la hay.
Las diferencias de Danilo y Leonel no son ideológicas ni personales. Sencillamente circunstanciales, porque Medina pensó que Gonzalo Castillo, su delfín, ganaría con los recursos públicos y el control de los poderes del Estado, particularmente de la JCE. Pero todos sabemos que el fracaso de las municipales de febrero de 2020 produjo circunstancias desfavorables al PLD, que sumada a la salida de Leonel, en octubre de 2019, resultaron letales.
El panorama presente indica que los precandidatos del PLD no cuajarían. Y que la hemorragia de peledeístas morados hacia el PLD verde posiblemente la única forma de detenerla es habilitando a Danilo Medina. De no hacerse el PLD morado podría quedarse vacío. Es Luis Abinader que desde ya viene presentando inconvenientes y apuros, porque en ningún momento se le ha dado lectura objetiva a las circunstancias que lo llevaron a la Presidencia.