POR CRISTHIAN JIMENEZ.- Si el hermano de Danilo Medina, Alexis, se enriqueció ilícitamente por “acciones y omisiones” del político cuando ejercía la presidencia de la República, es previsible que sea interrogado o que le veamos pisar la sala del tribunal penal, lo que fuerza al Partido de la Liberación Dominicana a invisibilizar al responsable de la hecatombe electoral que torpemente insiste en dificultar la renovación y el relanzamiento de la organización.
“Danilo emerge en el Antipulpo”, tituló correctamente el Listín, al reseñar el comunicado de la Procuraduría sobre la solicitud de apertura a juicio y encontrar la impactante afirmación de que Alexis Medina Sánchez “logró un alto ascenso económico por acciones y omisiones del principal ejecutivo de la nación, Danilo Medina Sánchez”.
Además, que Alexis creó “un entramado de corrupción que estafó al Estado con miles de millones de pesos de los contribuyentes, bajo el escudo protector y el apoyo de la Presidencia de la República que encabezó su hermano, Danilo Medina Sánchez”.
Los dominicanos podemos presumir o el ministerio público sospechar que niveles de corrupción y de lavado de activos como los denunciados son imposibles sin el apoyo explícito al más alto nivel del poder, pero la afirmación con nombres y apellidos del ahora exmandatario y hermano del principal acusado adquiere otro matiz.
¿Es posible citar que un mandatario haya sido “escudo protector” e incurrido en “acciones y omisiones” que alimentaron un entramado de corrupción y lavado de activos, sin que le imputen cargos criminales?
No se trata de una declaración “de pasillos”, sino una consideración al presentar ante el Tercer Juzgado de la Instrucción del Distrito Nacional “un amplio expediente probatorio sobre las múltiples conductas criminales de las que se valió Juan Alexis Medina Sánchez, para crear un entramado de corrupción que estafó al Estado con miles de millones de pesos de los contribuyentes…”
Se trata de un “voluminoso expediente por corrupción y lavado de activos, de unas 3, 500 páginas”, en el que también figura Carmen Magalys Medina Sánchez, “quien también aprovechó sus lazos familiares y su posición de vicepresidenta del Fondo Patrimonial de las Empresas Reformadas (Fonper) para delinquir”.
El expediente resalta que el “entramado de corrupción de los hermanos Medina Sánchez” realizó maniobras fraudulentas con falsas calidades, documentos adulterados, medicamentos de altos costos sobrevaluados, conduces falsos y que cobró medicamentos no entregados.
Dos exfuncionarios negociaron con el ministerio Público y que lucen fundamentales ante la alegada articulación de funcionarios para la defraudación estatal: el ex contralor Rafael Antonio Germosén y Francisco Pagán, exdirector de Oisoe, oficina adscrita a la Presidencia de la República y responsable de numerosas obras públicas, muchas de enormes presupuestos. Pagán decidió cooperar cuando cumplía una coerción de prisión preventiva.
La acusación refiere que Alexis destinaba fondos millonarios a través del movimiento “Tornado Fuerzas Vivas” para diversos candidatos oficialistas peledeístas e incluye las campañas de Danilo Medina y Gonzalo Castillo.
Alexis, según la lógica del ministerio público, se beneficiaba de una relación ventajosa con el Estado y tenía el apoyo de su hermano presidente y posteriormente financiaba campañas electorales, al mejor estilo de “El mecanismo”, de Odebrecht.
Danilo Medina, quien ha estado emocionalmente impactado y que ha lucido errático en sus recientes apariciones, ante este escalamiento de las acusaciones debería apartarse de la forzosa conducción partidaria y atender los deberes familiares.
El PLD debe reclamar respeto a la dignidad de los investigados y acusados y auxiliar legalmente a los dirigentes, pero no hundirse con Medina, sus familiares y allegados.
Es elegir entre el pasado y el futuro.