POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El ministro de Economía, Pavel Isa, ha seguido su ofensiva contra el creciente movimiento patriótico nacional que ha empezado a movilizar al pueblo dominicano con un fin Justo y noble: Reclamar a la Comunidad Internacional vaya en ayuda de Haití en Haití y evite que su colapso total pueda desestabilizar la República Dominicana con un éxodo masivo de inmigrantes ilegales.
El mismo ministro no se aguantó con el éxito de la Marcha Patriótica que convocó el Instituto Duartiano; ahora acusa a la sociedad dominicana de “racista y anti haitiana” que supuestamente discrimina su población por negra y pobre.
Acusar al pueblo más solidario y generoso con Haití de ser racista, viniendo de un ministro de Estado, es una gran traición a la República, puesto que su testimonio será usado en foros internacionales para perseguir condenas contra nuestro país.
El ministro Isa Conde con sus graves acusaciones coincide con la diplomacia haitiana, que precisamente ha usado los mismos argumentos para acorralar a nuestro país y chantajearlo para evitar pueda ejercer su legítimo derecho de repatriar ilegales haitianos, en momentos en que la Comunidad Internacional se ausenta de Haití y apuesta a la migración masiva de su población a República Dominicana como la salida más cómoda y fácil de resolver sus problemas en nuestro territorio.
Pavel Isa, no sólo se limitó a fijar esa posición antinacional a título personal, sino que preguntado por el periodista Adolfo Salomón si lo decía en calidad de ministro, también respondió afirmativamente.
Es claro el objetivo del ministro de Economía es erigirse en vocero y protagonista del gobierno en tema migratorio y de fronteras, contradiciendo la línea trazada por el presidente Abinader, que hasta el momento ha demostrado firmeza y valentía en foros internacionales al abordar tema Haití y ha iniciado la construcción de un Muro fronterizo.
El proceder de Pavel Isa plantea un desafío al gobierno y al presidente, quienes estarían obligados a desautorizar al ministro en su acusación de racismo o apoyarlo directa o indirectamente con un silencio anuente, lo que sería una acción el pueblo dominicano no perdonaría.
Con el tema de la defensa de la soberanía nacional no se juega, ni el gobierno puede “jugar dos bases”. La artera declaración del ministro tiene la ventaja de definir claramente de qué lado estarán el gobierno y el presidente.
Particularmente sigo confiando en mi amigo el presidente Abinader, en su conciencia histórica heredada de su padre Don Rafael con respecto al tema Haití y a la defensa del país.
Las próximas semanas serán claves para definir con claridad la línea oficial del gobierno. Si es la de Pavel Isa, tendrá al pueblo dominicano resueltamente en contra. ¡Qué eso nadie lo dude!