POR NARCISO ISA CONDE.- La reciente agresión del J2 de las Fuerzas Defensa al Fuero de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, se produjo en el contexto de una autonomía casi anulada y de un fuero muy debilitado; no por ley, si no de hecho.
Merece destacar que la UASD ahora tiene un rector impuesto a papelazos por Abinader, el PRM y su gobierno. Y, que se sepa, entraron sin permiso institucional.
Entraron al campus universitario, además, sin ser bloqueados por la seguridad de la institución en las puertas de entrada al campus universitario, a pesar de desplazarse en unidades oficiales motorizadas y portando armas largas.
Entraron aparatosamente sin el menor obstáculo. ¡Vaya seguridad o vaya complicidad!
Esta agresión, bastante singular, procuraba penetrar por la fuerza a las oficinas del Observatorio de Políticas Publicas de esa academia para apresar a su director.
Una agresión artera y descarada, generadora de un escándalo mayúsculo innecesario.
Un intento de apresar arbitrariamente a un profesor que no ha cometido delito alguno… y que ejerce una vida laboral y familiar normal, tiene domicilio y teléfono, anda por las calles sin problemas y no se está escondiendo de nadie.
Algo burdo, desproporcionado, extraño e inaceptable… con un poco de «cocoricamo».
Hicieron bien, por tanto, el personal del Observatorio, el Decano y profesores de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, en impedirle la entrada a los agentes del J2 a la referida entidad académica y proteger a su titular.
Hicieron bien el Feflas, Asodemu, Faprouasd y otros organismos gremiales, en protestar por la agresión y defender la autonomía diezmada, el fuero disminuido y los derechos de la UASD y de su maestro en este caso concreto.
Pero se necesita mucho más…
Hay que preguntarse e indagar el trasfondo de una operación aparentemente tan absurda.
Hay que preguntarse por qué el Rector y otras altas autoridades no reaccionaron de inmediato.
Por qué guardan silencio el Jefe del J2 y el Ministro de Defensa.
Por qué y quienes dejaron entrar el contingente militar. ¿Qué seguridad es esa?
Hay que emplazar al Rector, a la jefatura militar y al propio Abinader.
Debe convocarse el Consejo Universitario-CU para tratar ese incidente bochornoso, sus causas y sus motivos.
El CU debe condenar el hecho, protestar ante la jefatura civil y militar del gobierno y abrir un debate reflexivo para abandonar su negligencia y permisividad frente a muchos hechos anteriores que, aceptados como normales, han erosionado la autonomía y el fuero universitario.
Es hora de defender con valor la ley de autonomía y fuero, y de luchar por el 5 % del presupuesto asignado por esa ley a la UASD.
Alto a eso de continuar mendigando presupuesto y negociando aumentos y construcciones a cambio de complacencias políticas.
Hay que conminar a las autoridades y a los principales candidatos a definir su actitud frente tantas agresiones a la autonomía y al fuero universitarios y frente a las continuas manipulaciones de la UASD por los gobiernos de turno.