Santo Domingo se enfrenta a un creciente desafío: el acceso a la vivienda se ha vuelto cada vez más complicado debido al drástico aumento de los precios en comparación con los salarios promedio.
La situación es tal que los ciudadanos se ven obligados a destinar un 88 % de sus ingresos mensuales para poder pagar el alquiler.
“Todos tenemos un sueldo pírrico, no te da ni siquiera para hacer la compra de una semana… Ya una casa no cuesta menos de 7 mil u 8 mil pesos el alquiler,” lamenta un residente de la ciudad.
El artículo 59 de la Constitución de la República Dominicana reconoce el derecho a una vivienda digna con servicios básicos esenciales.
A pesar de esta disposición legal, el país sigue lidiando con un déficit habitacional alto. Según el Ministerio de Industria y Comercio, en 2017 se estimaba en 830 mil unidades, pero un estudio Oxfam, de 2020, elevó ese número a más de 2 millones de viviendas en déficit.
En el ámbito de los bienes raíces, Santo Domingo se ha convertido en la séptima ciudad más inasequible a nivel mundial, y es la primera en América Latina. Un análisis de la plataforma Online Mortgage Advisor revela que el costo del alquiler en la ciudad ha aumentado considerablemente entre 2018 y 2022.
El periodista Jairon Severino, experto en finanzas, en conversación con “Reporte Especial con Julissa Céspedes”, por CDN37, indica que este incremento de precios no es exclusivo de la construcción, debido a que el mundo en general enfrenta un aumento en los costos que inevitablemente se refleja en los precios finales de diversos productos y servicios.
Mélido Marte, director regional de Remax-RD, destaca que la pandemia cambió los patrones de gasto de las personas, redirigió parte de sus recursos hacia el sector inmobiliario, especialmente propiedades secundarias, lo que aumentó la demanda y, en consecuencia, los precios.
Los costos en el mercado de bienes raíces, sean en venta o alquiler, se rigen por las leyes de oferta y demanda. En Santo Domingo, la alta demanda de alquileres en el centro de la ciudad, particularmente por parte de extranjeros y estudiantes, ha contribuido al alza de precios.
Para comprender la magnitud de la situación, se hizo una comparación entre el salario neto mensual promedio en la ciudad y el costo medio de alquiler de un apartamento de una habitación en el centro urbano entre 2018 y 2022. Los resultados son alarmantes, porque el alquiler aumentó significativamente, mientras que los salarios apenas se mantuvieron.
La disparidad entre zonas urbanas y rurales en términos de tenencia de viviendas es evidente. En la zona rural, el 68.2% de las viviendas es de propiedad absoluta, mientras que en la zona urbana, este indicador disminuye a un 47.7%.
Una modificación
El Ministerio de Vivienda ha propuesto modificar la Ley de Alquileres de Bienes Inmuebles y Desahucios como una opción para regular el aumento de los alquileres. Según la propuesta, los propietarios podrían aumentar las rentas en caso de mejoras en las viviendas, pero con un límite del 20% del alquiler actual. Esto podría generar preocupaciones sobre precios iniciales más altos por parte de los propietarios.
Sin embargo, queda la pregunta de si los costos de vivienda y alquiler continuarán aumentando en el futuro o si habrá alguna disminución en los precios. Esto es especialmente relevante para la mayoría de las familias de clase media que luchan por encontrar viviendas asequibles en el polígono central de Santo Domingo.
El panorama de la vivienda en Santo Domingo es complejo y plantea interrogantes sobre el futuro del mercado inmobiliario y el acceso a viviendas asequibles en la ciudad. A medida que los precios de vivienda continúan su ascenso, se vuelve crucial explorar más a fondo las razones detrás de este fenómeno y las perspectivas a futuro.
Guillermo Caram, exgobernador del Banco Central de República Dominicana, señala que el poder adquisitivo de los salarios en el país es insuficiente debido al alto costo de los alimentos, servicios y bienes en general.
Esto deja a las familias dominicanas con presupuestos ajustados y dificultades para afrontar los costos crecientes de la vivienda. Es notable que el alquiler es más común en la clase media, especialmente en los grupos socioeconómicos de nivel medio-bajo y en el nivel medio y medio-alto. Estos grupos representan aproximadamente el 44.1% y el 44.7% de los inquilinos, respectivamente.
Mélido Marte enfatiza que el insumo principal en bienes raíces es la tierra. Antes de la pandemia, el costo por metro cuadrado de terreno en el Polígono Central era de alrededor de mil dólares.
Actualmente, ese mismo metro cuadrado ronda los 3,000 dólares, lo que inevitablemente se refleja en los precios de las viviendas construidas en esta área del territorio nacional.
Más de la mitad de las ocupadas son alquiladas
Los alquileres, al igual que la inflación, han sufrido alzas. Gabriel del Río Doñé, un sindicalista, subraya que los salarios en República Dominicana, en general, son miserables, lo que hace que los aumentos de alquiler sean aun más difíciles de afrontar.
El estudio de Online Mortgage Advisor también compara los salarios promedio en Santo Domingo con los de otras ciudades, como Cancún, México. Sorprendentemente, vivir en la capital dominicana parece ser más costoso en términos de alquiler que en Cancún, una ciudad turística reconocida.
En Santo Domingo, más de la mitad de las viviendas ocupadas, el 50.3%, son alquiladas, es decir, cinco de cada 10 son alquiladas.
ANGELA RAMIREZ