Ansiedad en niños y adolescentes: cómo reconocerla

La ansiedad puede afectar negativamente el bienestar de los niños y sus allegados, tanto en la vida familiar y social como en el rendimiento académico.

Se debe observar con detenimiento para saber si los síntomas persisten en el tiempo, no solo ante episodios específicos, sino también en situaciones donde tales respuestas no están justificadas. Además, hay que considerar la edad y madurez de cada chico. 

Los síntomas varían ampliamente, siendo los más importantes en niños de hasta 7 u 8 años: 

Agitación psicomotriz: morderse los dedos, las uñas, tirarse el pelo, mover la lengua, retorcerse las manos.

Síntomas neurológicos que afectan  las funciones involuntarias del organismo: taquicardia, aumento de la frecuencia respiratoria, sudoración excesiva, piel de gallina, etc. 

Malestar físico: mareos, cefalea o dolor abdominal, tensión muscular. 

Falta de motivación para llorar. 

Apego excesivo al padre o cuidador principal. 

 Problemas relacionados con el sueño: Insomnio, sueño inquieto, sonambulismo, etc. Del colegio, negativa a dormir, etc. 

Dificultad para concentrarse y prestar atención. 

 Preocupación excesiva,  perfeccionismo extremo asociado a la actividad, la escuela o el rendimiento deportivo 

 Trastornos de la alimentación, aumento del apetito e ingesta de alimentos o anorexia. 

Ansiedad e irritabilidad. 

Si se sospecha  que un niño o adolescente tiene un trastorno de ansiedad,  es recomendable consultar a un médico. El tratamiento suele consistir en psicoterapia. También se utilizan fármacos si se requiere gravedad.

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