Una mujer identificada como la pareja del hombre que intentó atentar contra la vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner fue arrestada en el marco de la investigación que evalúa si el agresor actuó solo o respaldado por otras personas.
La argentina Brenda Uliarte, de 23 años y pareja del detenido brasileño Fernando André Sabag Montiel, fue interceptada la noche del domingo en una estación de tren de Buenos Aires por la Policía Federal, que procedió a arrestarla, según imágenes difundidas por la fuerza.
La mujer está bajo investigación para determinar si pudo haber colaborado con Sabag Montiel, de 35 años, en el frustrado ataque del 1 de septiembre contra Fernández de Kirchner, dijo el lunes a The Associated Press un funcionario judicial involucrado con la pesquisa que pidió no ser identificado porque la causa, caratulada como homicidio agravado en grado de tentativa, tiene secreto de sumario.
El hecho, ocurrido en las inmediaciones del edificio donde reside la también exmandataria (2007-2015) en Buenos Aires, ha generado una gran conmoción. Desde hace más de dos décadas Fernández de Kirchner es una figura central del peronismo y de la política argentina, donde ha ejercido como legisladora, presidenta durante dos mandatos consecutivos y ahora vicepresidenta.
Uliarte habría estado en la misma zona donde se produjo la agresión entremezclada con los cientos de simpatizantes que se vienen reuniendo allí para mostrar su apoyo a la vicepresidenta por el juicio que se le sigue por presunta corrupción.
El brasileño gatilló una pistola Bersa 380 contra la vicepresidenta que no se disparó por lo que el gobierno ha considerado alguna posible falla técnica. En su domicilio el supuesto agresor, quien reside en Argentina desde los años 90 y no tiene autorización para portar esa pistola, guardaba dos cajas con balas del mismo calibre. Imágenes obtenidas de sus redes sociales -ahora inactivas- y difundidas por los medios de prensa locales lo mostraron posando con sus manos y brazos llenos de tatuajes asociados con la simbología nazi.
Los investigadores también intentan extraer información del celular incautado a Sabag Montiel luego de los problemas que se han producido para hacerlo, dijo el funcionario judicial consultado.
En ese sentido indicó que se intenta dilucidar si el móvil del brasileño fue debidamente preservado luego de que el hombre fue detenido en las inmediaciones de la vivienda de la vicepresidenta.
Después de estar en manos de la Policía Federal, aparentemente el aparato llegó formateado, como si hubiera salido de fábrica, a la sede de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), donde se debían extraer los datos que permitieran entender con quién se comunicó Sabag antes del intento de homicidio y en qué redes se movía.
El ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, afirmó que la Policía Federal “no manipuló” el teléfono y “lo que hizo fue recogerlo, ponerlo en una bolsa de Faraday y enviarlo al juzgado”. Las bolsas de Faraday a las que se refirió el funcionario blindan los aparatos electrónicos y bloquean las señales.
El perito informático Pablo Rodríguez dijo a medios de prensa que una vez que un móvil es secuestrado la policía debe asegurarse bien de impedir que tenga conexiones externas, para lo cual es necesario apagarlo, sacarle el chip, ponerlo en modo avión y en una bolsa de Faraday. “Pero si no se hizo todo eso el teléfono estaba activo y es posible que se haya reseteado remotamente” para borrar datos.
La vicepresidenta no se ha referido aún públicamente al intento de ataque. El senador Oscar Parrilli, uno de los hombres más cercanos a la dirigente de tendencia centroizquierdista, señaló el día después del frustrado ataque que “Cristina está impactada y conmocionada” pero “tiene su espíritu y temple intactos”.
AP