Australia registró hoy una caída del producto interior bruto (PIB) de un 7 por ciento en el trimestre que terminó en junio, el peor descenso de su historia, y entró en su primera recesión en casi tres décadas.
«La pandemia mundial y las políticas de contención conexas provocaron una caída del 7,0% del PIB en el trimestre de junio. Esta es, por un amplio margen, la mayor caída del PIB trimestral desde que se iniciaron los registros en 1959», dijo el jefe de las Cuentas Nacionales de la Oficina Australia a de Estadísticas, Michael Smedes en un comunicado.
En el primer trimestre del año, el PIB australiano, que había registrado casi 30 años de crecimiento consecutivo incluso durante la crisis financiera internacional, cayó un 0,3 por ciento, con lo que acumula dos trimestres negativos seguidos, lo que técnicamente es considerado una recesión.
La última vez que Australia entró en recesión fue en 1991, cuando la economía se contrajo en un 1,3 por ciento y en 0,1 por ciento en dos trimestres consecutivos.
La Oficina Australiana de Estadísticas (ABS, siglas en inglés) explicó en su comunicado que la respuesta del Gobierno para apoyar a los hogares y las empresas australianas dio lugar a pagos sin precedentes del sector público al privado.
Tras el brote de la pandemia, el Gobierno australiano impuso una serie de restricciones y ordenó el cierre de negocios para frenar la propagación del nuevo coronavirus a la vez que implementó paquetes de ayuda, entre ellos subsidios salariales y de desempleo, así como dio estímulo económicos que en total equivalen a un 13,3 por ciento de su PIB.
También detalló que la demanda privada se contrajo en un 7,9 por ciento, que incluye un retroceso de un 12,1 por ciento en el consumo doméstico, mientras que el gasto en servicios, como el transporte, restaurantes y hoteles, se desplomó en 17, 6 por ciento.
«En el trimestre de junio se produjo una contracción significativa en el gasto doméstico en servicios debido a un cambio de comportamiento en los hogares y a raíz de las restricciones que se implementaron para contener al coronavirus», preció.
La gran caída en la economía australiana fue mitigada por el comercio neto, que aumentó en un uno por ciento y el descenso en las importaciones en 2,4 por ciento.
Con unos 25,900 infecciones acumuladas desde el inicio de la pandemia, que incluye 663 fallecimientos, Australia sigue luchando con un fuerte rebrote de la COVID-19, que estalló en Melbourne en junio pasado y que desbarató los planes de reactivación de la economía en el país tras haber suprimido al nuevo coronavirus.
EFE