POR NARCISO ISA CONDE.- Unas cuantas semanas después de haber tomado posesión, el presidente Abinader visitó Barahona para dar un picazo nefasto y anunciar la autorización del proyecto minero-industrial de la Belfond: explotación de carbonato de calcio en las alturas de la Sierra de Bahoruco (Las Filipinas) carreteras y caminos de montañas, y remodelaciones de puerto, muelle y terminal marítima. Entonces, con gran fanfarria, él mismo resaltó que en solo 15 días su gobierno aprobó la “permisología” para abrirle paso a ese plan “maravilloso”, estancado por burocratismo.
Sin embargo, ahora se sabe lo que el Presidente ocultó: que en el área de la mina, a 700 metros de altura, en un punto de alta sensibilidad ambiental, nacen el 50% de los ríos, arroyos, cañadas y acuíferos de toda la Provincia, entre ellos el Bahoruco, La Ciénaga, Palomino y Nizaíto; y que el proyecto de Belfond compromete derechos humanos fundamentales relacionados con agua, aire, clima, biodiversidad, salud y vida de los habitantes de Barahona, Enriquillo y numerosas comunidades sureñas.
Antes y después de esa visita presidencial -ocasión en la que como dueño de la concesión minera Acero/Acero ocupó lugar protagónico el magnate santiaguero Manuel Estrella (el de Acero Estrella, consorciado de Odebrecht-Punta Catalina y promotor de la Cementera de Los Haitises) – la Belfond ha estado construyendo una carretera en el corazón de esa montaña, ha dragado el puerto, amplió el muelle, inició la explotación de la mina, instaló la planta de beneficios y realizó embarques a granel.
Todo esto sin presentar previamente los Estudios de Impacto Ambiental que la ley 64-00 exige a cada una de estas iniciativas; y sin consultar –algo también de ley- a las comunidades de Bahoruco, La Ciénaga, Santa Elena, Paraíso, Los Patos, la Guázara, Polo y Cabral; ubicadas todas en el área de explotación del carbonato de calcio ¡La bendición “no santa” de Abinader resolvió todo en 15 días!
Irresponsablemente -y para colmo- también se ha obviado, que además de las ilegales concesiones otorgadas a Belfond y Acero/Acero -situadas alrededor y en los límites del área de amortiguamiento del Monumento Natural Padre Miguel Fuente- hay otras siete concesiones mineras más; mientras las de Icoa y Santa Elena están sobre los nacimientos de cuatro ríos y dos arroyos.
Cuarenta organizaciones de Barahona han demandado que se publiquen los Estudios Ambientales previos y no le hacen caso, lo que desnuda tanto el carácter delictivo de esas operaciones empresariales como la complicidad del Gobierno. ¡La rebeldía de Barahona tiene causas justificadas y merece la solidaridad de la Nación!