LA PAZ.- Con el rostro tapado con bufandas y barbijos —y usando trajes de protección— decenas de trabajadoras sexuales bolivianas protestaron ayer para exigir que se les permita trabajar después que su sector se viera afectado por las restricciones del gobierno para evitar contagios por el nuevo coronavirus.
Al frente del Ministerio de Salud se apostaron las mujeres con pancartas que decían: “Todas tenemos derecho al trabajo” y “Nosotras también sabemos comer”, entre otros.
A la manifestación se unieron miembros de otras áreas laborales —como pequeños productores y trabajadores médicos— que también pedían condiciones y ayuda en la ciudad de La Paz.
Los empleados del sector salud —en su segundo día de protesta— pidieron mayor atención y equipamiento, mientras que los pequeños productores solicitaron apoyo económico.
Hace tres meses, la presidenta interina Jeanine Áñez determinó una cuarentena rígida hasta mayo, lo que afectó varios rubros de la economía boliviana. Por ello, se aceptó una reapertura de las actividades en siete de nueve regiones del país a excepción de Santa Cruz y Beni, las más afectadas por los contagios. Sin embargo, en espacios culturales, religiosos y bares no se han levantado las restricciones.
Lily Cortez, representante de las trabajadoras sexuales, explicó a The Associated Press que ya están una crisis, por lo que plantean un protocolo de bioseguridad para volver a su trabajo. “Son más de 90 días. En nuestra organización somos 70,000 afiliadas a nivel nacional. Nosotras no somos ciudadanas de segunda clase, nosotras también tenemos hambre”, mencionó.
Bolivia está en medio de un aumento de casos de COVID-19. El ministerio de Salud reportó que se registraron 810 nuevos contagios, llegando a un total de 19,883 infecciones y 659 decesos.