El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, encabezó este domingo una nueva caravana junto a motociclistas simpatizantes en Brasilia, tras una semana de tensiones institucionales por sus ataques al sistema electoral.
Cientos de partidarios lo acompañaron en un recorrido por la región central de Brasilia y por ciudades cercanas a la capital, un día después de un acto similar en Florianópolis, en el sur del país.
Al igual que el presidente ultraderechista, la mayoría de los manifestantes no utilizaba mascarilla para evitar la propagación del coronavirus, que sigue causando alrededor de 900 muertes por día en Brasil.
Cada vez más cercado por investigaciones judiciales y con su popularidad en declive, el mandatario intensificó la semana pasada sus ataques contra la corte suprema y el Tribunal Superior Electoral (TSE), a cuyos jueces acusa de querer perjudicarlo de cara a la elección de 2022.
«Si no lo quitan judicialmente de la contienda, no tengo dudas de que Bolsonaro vencerá en primera vuelta. Si es necesario [para garantizarlo], que haya una intervención militar», dijo a la AFP el empresario de 61 años Clever Pires, que participó de la manifestación en Brasilia este domingo.
Bolsonaro, quien busca la reelección, asegura que hubo fraude en las dos últimas presidenciales y que él debía haber ganado en la primera ronda en 2018, alegaciones que no tienen fundamento, según la justicia electoral y numerosos especialistas.
El presidente pide que las urnas electrónicas, el sistema vigente desde 1996, impriman un recibo de los votos, con el fin de que puedan contarse físicamente, un reclamo que sus seguidores han pasado a defender en sus frecuentes manifestaciones callejeras de los últimos meses.
Los reiterados cuestionamientos de Bolsonaro a la legitimidad de las elecciones llevaron a la justicia electoral y a la corte suprema a abrir sendas investigaciones en su contra la semana pasada, lo que desató nuevos ataques y ofensas del mandatario contra los jueces de ambas instituciones.
Bolsonaro llegó a amenazar con la posibilidad de emplear un «antídoto» fuera de la Constitución contra esos procedimientos judiciales, a los que considera ilegales.
El presidente enfrenta además una investigación por sospechas de que ignoró acusaciones de corrupción en la negociación por su gobierno de dosis de la vacuna india Covaxin y el Senado Federal está destramando públicamente en una comisión investigadora las causas del fracaso de su gestión de la pandemia, que se ha cobrado más de 560,000 vidas.
AFP