Muchos años antes de mudarse del gélido invierno de Nueva Inglaterra a la soleada Florida, Tom Brady sabía exactamente la sensación que causa una superestrella que se cambia de equipo.
Brady cursaba el segundo año en la secundaria Junípero Serra en San Mateo, California, en 1993, cuando su ídolo Joe Montana decidió marcharse de los 49ers de San Francisco a los Chiefs de Kansas City.
Así que Brady sabe cómo se sienten muchos fanáticos de los Patriots tras ver la forma en que ha sacado a los Buccaneers del purgatorio del fútbol americano para instalarlos en el Super Bowl LV.
En el gran partido, Brady y Tampa Bay (14-5) se medirán con Patrick Mahomes y Kansas City (16-2). En tanto, los Patriots recogen los pedazos rotos que dejó su primera temporada con foja negativa desde 2000.
Brady dijo que aprecia su estadía “mágica” en Nueva Inglaterra, donde echó raíces, ayudó a construir una dinastía y forjó muchas relaciones.
Fueron tantas que “me ayudaron a ser la persona y el jugador que soy”, recalcó.
Dijo que un lugar especial en su corazón está reservado para Nueva Inglaterra, un lugar del que sabía muy poco cuando era un joven delgado que había surgido de la Universidad de Michigan y reclutado por los Patriots como la selección número 199 del draft de 2000.
“Me llamaron y me dijeron: ‘Has sido reclutado por Nueva Inglaterra’. Mi reacción fue: ‘¡Asombroso! ¿Dónde está Nueva Inglaterra?’”.
Para el momento en que cambió la nieve por la arena de las playas, Brady había ganado ya seis ediciones del Super Bowl bajo el mando de Bill Belichick, y ostentaba credenciales como el mejor quarterback de la historia.
“Han sido 20 años grandiosos y, al final, tuve la oportunidad de convertirme en agente libre”, dijo Brady. “Evalué diferentes oportunidades y traté de tomar la mejor decisión posible para mí y para mi familia. Elegí Tampa, y la experiencia ha sido increíble”.
Pero Brady no tiene en realidad tiempo de mirar hacia atrás. Jugadores como Chris Jones, Tyrann Mahieu y Frank Clark lo esperan el próximo fin de semana.
Si gana, tendrá un séptimo título de la NFL, rompiendo el empate que tiene con tres miembros de los grandes Packers de Vince Lombardi en la década de 1960, quienes ganaron cuatro campeonatos de liga y luego se llevaron los primeros dos Super Bowls.
Se uniría también al basquetbolista Oscar Robertson y al beisbolista Frank Robinson como superastros que conquistaron el cetro en su primer año con un nuevo equipo.
AP