Brasil ha registrado en las últimas 24 horas 13.140 nuevos casos de coronavirus, lo que supone un total de 255.368 contagios en el país, y supera así a Reino Unido, que era hasta entonces el tercer país más afectado por la pandemia de la COVID-19.
En cuanto al número de fallecidos, Brasil ha confirmado 674 nuevas muertes en el último día, por lo que ya han fallecido en el país sudamericano 16.853 personas a causa de la enfermedad, según el último balance ofrecido por la Universidad Johns Hopkins.
Brasil, que desde el inicio siempre fue el país más afectado del continente sudamericano, ha visto cómo en pocos días ha ido superando a otros países, como Francia, Italia, España y, ahora, Reino Unido, en el número de contagios.
No obstante, sigue sexto, por detrás de todos estos países, en cuanto al número de víctimas.
Pese a estas cifras, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, se ha mostrado en todo momento contrario a adoptar medidas de confinamiento por considerar que dañarían en exceso la economía del país.
Ante la falta de acción del Gobierno federal, las autoridades estatales y municipales apelaron al Tribunal Supremo, que decidió otorgar plenos poderes a gobernadores y a las autoridades municipales para definir sus propias medidas con las que contener el avance de la enfermedad.
Es precisamente en dos de los estados más afectados por la pandemia, Sao Paulo y Río de Janeiro, donde sus gobernadores anunciaron la semana pasada que no acatarían el nuevo decreto de reapertura de servicios esenciales, al considerar que algunos de los mismos, como gimnasios, peluquerías y centros de belleza, no se correspondían con tal definición.
Dicha medida pilló por sorpresa al hasta hace pocos días ministro de Salud, Nelson Teich, quien presentó su dimisión después de un mes en el cargo tras sustituir a Luiz Henrique Mandetta, firme defensor de las medidas de cuarentena y en constante tensión con Bolsonaro.
Era notorio que Teich, quien no ofreció muchos detalles sobre su dimisión, no compartía las tesis de Bolsonaro sobre el uso de cloroquina para tratar a pacientes de la COVID-19.
EUROPA PRESS