POR JUAN TAVERAS HERNANDEZ.- Pronto el gobierno del Partido Revolucionario Moderno que encabeza Luis Abinader cumplirá un año, tiempo suficiente para hacer una evaluación general de cómo marcha el Estado y como ha sido el desempeño de los funcionarios en todas las instancias, no sólo los ministros.
Como he dicho anteriormente, el país está mal -por la crisis económica, la pandemia del coronavirus y la pandemia de la corrupción que dejaron los gobiernos del PLD- el gobierno va bien bajo la conducción de Luis Abinader que ha enfrentado con acierto todos los problemas que encontró, que han sido muchos.
Más rápido de lo que se esperaba la nación marcha hacia la recuperación económica y la superación de la pandemia gracias a los esfuerzos extraordinarios de las autoridades por inocular a toda la población. Y la pandemia de la corrupción peledeísta también ha sido combatida. Y cualquier intento de corrupción actual igualmente está siendo sancionado, porque ahora si es verdad que no hay vacas sagradas.
Pero el Gobierno puede ir mejor. ¡Claro que sí que puede ir mejor! Sólo hay que ponerle ganas al trabajo honesto y responsable. ¡Solo hay que seguir los pasos del presidente!
No tengo hacha que afilar contra nadie; no se trata si un miembro me gusta o no. Creo, eso sí, que unos lo han hecho bien, demostrando profesionalismo, capacidad y gerencia siendo coherentes con los ejemplos que cotidianamente da el presidente Abinader, en tanto que otros, podrán tener las mejores intenciones, pero su trabajo es deficiente, incluso mediocre. Muchos no entienden lo que es el Estado y como deben trabajar, se quedaron en el pasado. La sociedad dominicana, sin embargo, no es la misma de hace 20 o 30 años.
El país ha crecido, la gente actúa y piensa distinto. Debemos entenderlo. Hay gente que no cabe en el Estado de hoy. (Una pensión y una medalla de reconocimiento para ellos).
El presidente Abinader tiene un desempeño distinto al de sus antecesores. Les da seguimiento a los funcionarios; sabe lo que sucede en cada ministerio, llama a los ministros a cualquier hora, del día o de la noche, incluso en las madrugadas, les sugiere cosas, les pregunta cosas. Ningún funcionario está por encima del bien y del mal.
Nadie puede considerarse «superministro», y mucho menos indispensable. Todos son sustituibles. No hay imprescindibles en el gobierno de Luis Abinader porque al final la historia hablará del «gobierno de Luis Abinader», no del gobierno de Fulano o Zutano.
Considero que este próximo 16 de agosto, al cumplirse un año de gestión, el presidente debe hacer algunos cambios en el tren gubernamental en función del desempeño que han tenido los funcionarios; al que haya que separar, separarlo.