POR MARCOS SANTOS.- Por más teorías que pretendan explicar o imponer, el método más democrático que tiene a su mano los partidos políticos para elegir sus candidatos a cargos electivos, son las primarias abiertas, cerradas o semi abiertas.
Aquel dirigente que aspire a ser candidato en un próximo electoral que abogue por otro método distinto a las primarias, es porque sencillamente no está seguro de su triunfo, se siente débil, y teme que le cuenten los votos en un proceso interno.
Vemos el caso del Partido Revolucionario Moderno, PRM, cuya dirigencia lleva un agitado proceso de inscripción de nuevos miembros, y serán esos nuevos integrantes junto a los que ya están, quienes tendrán la potestad de elegir a quienes los van a representar en los comicios del próximo año 2024 en cada uno de los niveles de elección.
De hecho, hasta el propio presidente Luis Abinader tendrá que someterse al escrutinio de las bases de su partido para ganar la candidatura presidencial para el torneo electoral del 24.
Y si Luis Abinader, quien lleva todas la de ganar una primarias a lo interno del PRM, se somete a ese proceso, con más razón los demás candidatos a senadores, diputados, alcaldes, directores de distritos, regidores y vocales, deben participar y darle la gran oportunidad a todos los miembros de su partido de elegir y ser elegido, como así lo consagra la Constitución de la República.
Además, para qué agotar un proceso de inscripción y crecimiento, si esos nuevos miembros no tendrían ni siquiera el derecho de elegir sus candidatos preferidos.
Estarían como adornos en una sala de cualquier casa u oficina.
El dirigente que tiene la legitima aspiración de ser senador, diputado, alcalde o regidor en el 2024, que simplemente y sencillamente gane una convención.
La celebración de primarias o convenciones, es lo más democrático y participativo, y las mismas le dan un solido carácter de legitimidad a quienes resulten ganadores.
De manera, que todo aquel que abogue por reservas de candidaturas o la realización de encuestas para elegir candidatos, tiene miedo y mucho.
Nunca hemos estado de acuerdo con los señalamientos de dirigentes para representar a los partidos en las elecciones.
Y en esta coyuntura no es la excepción.
El que quiera ser alcalde que busque votos, igual para los demás cargos de elección popular.
Ser demócrata se practica, no se predica.
¡Que viva la democracia!
¡Que vivan las primaras a lo interno de los partidos políticos!