Santiago. Los deslizamientos de tierra ocasionados por las lluvias que se han registrado en la región del Cibao han provocado el colapso de cinco viviendas en el sector Yapur Dumit, al sur del municipio de Santiago de los Caballeros.
Una gran parte de estas casas son improvisadas, construidas en madera y algunas en block y cobijadas de zinc, levantadas a escasos metros de la ribera de la llamada cañada del Diablo.
Otras viviendas se encuentran a punto de desplomarse y las familias han tenido que invertir esfuerzo y dinero para construir con sus manos muros de gaviones con piedras y cemento.
Rolando Sánchez, uno de los afectados, vio como parte de la cocina y baños colapsaron con las lluvias. Dijo que muchos han tenido que mudarse a casas de vecinos y amigos. Sánchez pide la intervención de las autoridades gubernamentales para que acudan en auxilio de las familias afectadas por las lluvias.
También vulnerable
En tanto que en la comunidad Parada Siete del sector el Ingenio Abajo en el distrito municipal Santiago Oeste, los derrumbes registrados desde hace más de dos semanas, han obligado a algunas familias a abandonar sus viviendas. Al igual que Bernarda Marte, la mujer que tuvo que refugiarse junto a su familia en el cascarón de un autobús escolar, otras familias corren la misma suerte debido a los deslizamientos y la crecida de una cañada.
Una familia de nacionalidad haitiana que habitaba una casa construida en madera, tuvo que abandonarla ante el temor a que las aguas los arrastraran hasta el afluente y morir ahogados. Sin embargo, Gertrudis Valdez ha decidido permanecer en su hogar llevando en block y zinc, a pesar de que corre peligro. Los vecinos se quejan de que a pesar de las condiciones de miseria en que viven muchas familias, ninguna autoridad se ha presentado para llevar ayuda.
Las calles del sector colapsaron
En el Hoyo de Elías, en la zona suroeste del municipio de Santiago de los Caballeros, las familias reclaman la intervención del gobierno central, debido a que los constantes deslizamientos de tierra convirtieron sus calles en trillo y varias viviendas corren el riesgo de desplomarse. Aunque han recibido la promesa, las autoridades aún no las cumplen.
MIGUEL PONCE