El obispo electo de la Diócesis de Nuestra Señora de La Altagracia en Higüey, monseñor Jesús Castro Marte, así como el de la Diócesis de Baní, Víctor Masalles, expresaron su rechazo a que un miembro de la Policía Nacional usara la vestimenta de un sacerdote y acabara con la vida de un hombre, en un hecho ocurrido en el municipio de Cotuí provincia Sánchez Ramírez.
A través de varias publicaciones en su cuenta de Twitter, Castro Marte considero que es repugnante que la Policía ha haya suplantado la figura clerical con la determinación de matar a una persona.
“El abominable suceso que puso a fin a la vida de la persona que tomó de rehenes a una señora y su niño, resulta repugnante por razones fundamentales: 1. Suplantaron la figura clerical con la determinación ultimar al raptor. 2. Redujo la capacidad técnico-policial”, escribió.
Asimismo, indicó que esa acción contribuye una falta de respeto a la función social de muchos líderes espirituales y sociales que hacen del servicio de la intermediación o diálogo una vía expedita para resolver conflictos, para reducir riesgos basado en la confianza y la buena fe del que media.
“FIN, la colaboración de quien quiera que sea para ataviar con vestiduras sacerdotales al agente policial es igual de repudiable y conlleva sanciones. La Policía está capacitada para lidiar con éxito esos casos, aparecen “protagonistas” quienes con su “astucia” improvisan”, indicó.
Mientras que Víctor Masalles, de la Diócesis de Baní, cuestionó qué pasará la próxima vez que un delincuente confíe en un cura.
“Policía se viste de sacerdote y mata a secuestrador que pidió hablar con un cura. Es indignante que una institución con desprestigio se aproveche de la imagen de otra para empañarla. El delincuente está vez confió en el «cura». ¿Y en la próxima?”, escribió en la red social de Twitter.
En viernes, el agente Santo Lora Báez, de la Policía Nacional, vestido de sacerdote, mató a José Antonio Reyes Ulloa (El Gordo), de un disparo en la cabeza durante el secuestro de un niño y su madre, en un hecho registrado en el sector La Cruz, en el municipio Cotuí, provincia Sánchez Ramírez.
De acuerdo a los detalles, El Gordo solicitó hablar con un sacerdote y el Policía entró a la vivienda vestido como este y luego de varios minutos de conversación le disparó.