SANTO DOMINGO.- Con una invitación a la sociedad dominicana a unirse y dar testimonio de que Jesús está vivo y camina con su pueblo, la Iglesia Católica conmemora este jueves 19 de junio el Día de Corpus Christi (Cuerpo de Cristo), fecha instituida oficialmente en 1264 por el Papa Urbano IV.
Al verla como una oportunidad para renovar la fe, la esperanza y la unidad como nación, los fieles católicos celebran esta fecha que tiene lugar sesenta días después del Domingo de Resurrección, que este año fue el 20 de abril. Es la ocasión para festejar que la presencia viva de Jesús Sacramentado está no solo en los templos, sino también por las calles y en la tradicional procesión eucarística.
Para la fecha, la Arquidiócesis de Santo Domingo invita a toda la ciudadanía a la Celebración de la Solemnidad de Corpus Christi 2025, que este año se vive bajo el lema: “Eucaristía, fuente viva de nuestra esperanza”.
Bajo la premisa de que esta es, sin duda, una de las celebraciones más grandes de la Iglesia católica, se realizará la tradicional misa presidida por monseñor Francisco Ozoria Acosta, arzobispo metropolitano de Santo Domingo, que será concelebrada por monseñor José Amable Durán Tineo, obispo auxiliar, junto a los vicarios episcopales territoriales, sacerdotes, diáconos y seminaristas, en el Parque Eugenio María de Hostos, Malecón de Santo Domingo.
La celebración cristiana empezará a las 3:30 de la tarde con la procesión con el Santísimo Sacramento, para luego, a las 5:00 de la tarde, realizar la tradicional misa solemne. La procesión, que comienza a las 3:00 PM tiene varias rutas. La primera desde la avenida George Washington, esquina Máximo Gómez con la participación del Distrito Nacional Norte y Sur; la Vicaría Cristo de los Milagros; la Vicaría Norte y la Vicaría Oeste
La segunda ruta será desde el Parque San José (frente al Monumento Fray Antón de Montesinos) con la participación de la Vicaría Este.
Sobre Corpus Christi
El calendario litúrgico e instituido en la bula papal de 1264. “Que cada año, pues, sea celebrada una fiesta especial y solemne de tan gran sacramento, además de la conmemoración cotidiana que de él hace la Iglesia, y establecemos un día fijo para ello, el primer jueves después de la octava de Pentecostés”, instruye el documento firmado por Urbano IV.
Adelantado a comentarios de que el objetivo de esta dedicación coincide con el de Semana Santa, la bula apostólica consignó, además, que “en el Jueves Santo, día en que Cristo lo instituyó, la Iglesia universal, ocupada en la confesión de los fieles, en la bendición del crisma, en el cumplimiento del mandato del lavatorio de los pies y en otras muchas sagradas ceremonias, no puede atender de lleno a la celebración de este gran sacramento”. Agrega que “es preciso cumplir este deber con el admirable sacramento del Cuerpo y Sangre de Cristo, que es gloria y corona de todos los Santos, para que resplandezca en una festividad y solemnidad especiales y para que lo que quizá se descuidó en las demás celebraciones de la misa en lo que se refiere a solemnidad, se supla con devota diligencia”.