Charytín Goico saca a la luz sus secretos en su libro biográfico

De Charytín se sabe que es una mujer todo terreno. Madre, abuela, cantante, actriz, presentadora de televisión y ahora, su debut como autora, entre otras cosas. Pero, más allá de todo esto es un ser humano con virtudes y defectos que ha tenido que vivir situaciones complicadas. 

En su autobiografía, Charytín Goico desnuda su alma y muestra a María del Rosario Goico Rodríguez, la verdadera mujer detrás de la gran estrella que ha brillado como presentadora, actriz y cantante.

En su libro de memorias Charytín ¡El tiempo pasa, pero yo no! (Harper Collins) —que incluye un emotivo prologo de su gran amiga, la cantante Gloria Estefan— la dominicana comparte dolorosas anécdotas de su niñez, como la violencia doméstica de la que fue testigo en su hogar.

«Mi padre fue un hombre muy creyente, pero cuando tomaba un trago era una persona violenta», revela a People en español sobre Don Salvador Goico Morel, quien fue juez de la corte suprema en su natal República Dominicana.

Su madre, la abogada española María del Rosario Rodríguez, sufrió maltrato a manos del padre de Charytín, y ella fue testigo de su sufrimiento. «Yo paré veinte mil veces escribiendo ese libro, por eso me tomó nueves meses, porque yo paraba a llorar, llorar, llorar. No podía seguir», confiesa Chary, quien narra cómo un día —siendo una niña—descubrió sangre en el piso de la cocina de la casa de sus padres, y su madre fue hospitalizada después de una discusión entre ellos.

La dama también confesó sus momentos más vulnerables, como los vividos durante la pandemia del coronavirus, donde estaba sola.

«Pasé la pandemia sola en casa con mi perrita. Nadie estaba conmigo. Ahí pensaba yo mucho», recuerda Chary. Si bien lloró todo un mar, el proceso de escribir lo vivido fue sanador. «Ahí es que uno saca todo el dolor», asegura.

La «Rubia de América» también habla de su vida espiritual y las premoniciones que ha tenido a lo largo de su vida, avisándole de tragedias que marcaron a su familia. También revela los sacrificios y traumáticas vivencias detrás de su glamurosa imagen pública, y cuenta cómo logró sanar su corazón, y encontrar el verdadero amor. «Era un hombre que nos enseñó la calma dentro de las tormentas», dice sobre el productor puertorriqueño Elín Ortiz, el padre de sus hijos y su copiloto durante más de cuatro décadas.

«Hay que vivir un año de duelo. Si pasas del año y no estás bien, tienes que buscar ayuda», dice sobre el doloroso proceso de perder a un ser querido. «Yo sí estaba bien mucho antes de un año porque me lo propuse, porque agradezco la vida a Dios. La fe es parte de tu sanar el dolor, porque esa persona que estaba al lado mío —y ese hijo que perdí yo hace muchos años— tenían que irse, tenían un llamado de Dios», afirma sobre Don Elín, y un embarazo que perdió después del nacimiento de su hijo Shalim y antes de que llegaran sus mellizos Sharinna y Alex.

Crecer en un país que no era el suyo
Cómo fueron sus primeros años, ella misma lo cuenta.

Tantas cosas que he hecho yo en esta vida, de todo en el mundo, y sin embargo no visualizaba sentarme a escribir un libro y recordar. Decía: ¿Dios mío, de que me acordaré y de qué no me acordaré? Pero después me puse a pensar: ‘van a escribir mi libro mal, lo van a escribir incorrectamente’, y me gustaría que no se quedara en el recuerdo esa muchacha que sale en televisión siempre alegre, porque mi finalidad es hacer sonreír a la gente y que la gente se divierta, por eso es que sale esa Charytin en televisión siempre, para yo levantarle el ánimo a la gente, pero no quería que pensaran que esa es Charytin, porque mi vida fue muy diferente a eso.

Yo empecé a contar mi historia con mucho dolor, con mucha tristeza, esa primera parte de mi vida hasta que ya me casé fueron años duros de mi vida, no fue una vida convencional, no tuve unos padres convencionales, viví mucha violencia, viví muchos cambios de países. Me crié en un país que no era el mío. Me crié en España que no era mi país, creyendo que era mi país. Ya de grande me dijeron, me dijeron, en un barco regresando: ‘queremos decirte que tú no eres española, pero queríamos que te sintieras bien por allá’. Es una historia un poco de película, pero realmente fue la historia que me tocó vivir.

En esa historia está toda la realidad. Hay un 90 porciento de luz, y hay un 10 por ciento que no sale para nada, nunca, porque es la parte oscura de los seres humanos, como tiene la luna, y esa oscuridad no puede salir. Hay una parte que no se puede decir. Mi libro traté de que fuera un 90 por ciento de mi verdad. Me dio mucho trabajo porque fue muy difícil vivir la vida que viví yo.

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