La región del Cibao enfrenta una serie de desafíos en materia educativa que afectan directamente a miles de estudiantes y docentes. La falta de personal, las deficiencias en infraestructura, las intoxicaciones por pesticidas y la carencia de equipamiento, son solo algunas de las dificultades que deben ser atendidas con urgencia.
En varias provincias del Cibao, como Duarte, La Vega y Santiago, la falta de maestros y personal administrativo ha generado interrupciones en la docencia, impactando de manera directa el rendimiento académico de los estudiantes.
Asimismo, la escasez de educadores ha provocado la sobrecarga de trabajo en los docentes activos, quienes en algunos planteles han tenido que colaborar en la limpieza de las aulas y áreas comunes, debido a la falta del personal de apoyo.
A esta situación se suma el deterioro de muchas escuelas, algunas en condiciones precarias y otras aún en construcción, obligando a estudiantes a recibir clases en espacios improvisados como iglesias e incluso funerarias.
Además está la necesidad de construir nuevos planteles educativos para reducir la sobrepoblación estudiantil, una problemática que afecta al menos 15 escuelas de la región.
Otra de las problemáticas más preocupante en el Cibao es la exposición de estudiantes y maestros a pesticidas.
En San Francisco de Macorís, docenas de alumnos y profesores han resultado intoxicados, debido a fumigaciones realizadas en parcelas cercanas a sus escuelas. Estos incidentes han provocado protestas y la suspensión temporal de las clases.
Estas intoxicaciones también han ocurrido en la provincia La Vega, donde debido a las constantes exposiciones a pesticidas en las parcelas cercanas a las escuelas, se han visto también en la necesidad de realizar paros de labores en protesta contra las autoridades, así como proteger la salud de estudiantes y docentes.
El problema ha sido recurrente durante los últimos años, lo que ha llevado al Ministerio de Agricultura a advertir a las compañías de avionetas que fumiguen fuera del horario establecido, que podrían enfrentar la suspensión de sus operaciones, con el objetivo de prevenir daños a la salud, especialmente en estudiantes y personal escolar.
Algunos centros educativos de la región también han denunciado la falta de equipos, como computadoras, escritorios, sillas o abanicos, lo que dificulta el desarrollo adecuado de la docencia. Incluso se han reportado casos en que los maestros se ven obligados a asumir personalmente costos de copias e impresiones necesarias para los estudiantes, debido a la falta de material gastable.
Otra de las carencias que afectan a algunos centros de jornada extendida es la falta de cocinas y comedores, obligando a los estudiantes a ingerir sus alimentos en las aulas e incluso en los pasillos.
Además, muchos de estos centros no cuentan con laboratorios de ciencias e informática, espacios para las bellas artes o áreas verdes, donde los estudiantes puedan recrearse.
También se ha reportado la falta de pago de las licencias a los profesores, lo que los obliga a buscar a alguien que los sustituya y, en muchos casos, asumir personalmente el costo o que el centro educativo lo cubra sin contar recursos asígnanos para tales fines.
Adicional a esto, se ha expuesto que el déficit del transporte escolar sigue afectando a las zonas vulnerables, dificultando el acceso a la educación para muchos estudiantes.
Por estas y otras demandas, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) ha realizado paros de docencia, reuniones, marchas y caminatas, con el fin de que las autoridades correspondientes escuchen su clamor y trabajen para mejorar la calidad educativa.
Esperan que el nuevo ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, esté abierto al diálogo y dispuesto a trabajar en las soluciones de estas problemáticas.
CARLA MORENO