Ciudadanos cumplen toque de queda casi en su totalidad en Santiago

En la ciudad de Santiago de los Caballeros, la primera de la región Norte, prevalece desde las 12.30 de la tarde un ambiente solitario en sus principales calles, que usualmente se mantienen taponadas aún entrando el horario del toque de queda.

Los establecimientos comerciales están cerrados en su totalidad y pocas personas y vehículos se observan circular. Los ciudadanos se han adaptado poco a poco a las nuevas medidas adoptadas por las autoridades ante el avance del coronavirus.

Agentes de la Policía Nacional comenzaron a recorrer las calles desde las 11:00 de la mañana.

Quince minutos después comenzaron a bajar a decenas de personas que se encontraban concentradas este sábado en el Monumento a los Héroes de la Restauración, de Santiago.

Muchos rechazaron las medidas, pero una oficial policial le respondió: ”váyanse a sus casas ya, que es por el bien de todos y todas”.

En las calles se observaban unidades de la Policía, algunas ambulancias del 9-1-1, de la Cruz Roja y la Defensa Civil.

Algunos negocios abrieron sus puertas este sábado, pero otros decidieron no hacerlo, porque sus propietarios alegaron que no valía la pena.

La situación creó  dificultades entre amas de casa que dijeron que a poco antes de la hora de entrada en vigencia el toque de queda fueron a comprar alimentos a colmados, pero que ya estaban cerrados.

“Mi esposo salió temprano a vender algunas frutas, las ventas están lentas, pero regresó faltando 10 minutos para las 12, me dio dinero para comprar la comida, visité varios colmados, pero tenían sus puertas cerradas, ahora qué comeremos”, se quejó Georgina García, residente en el sector El Semillero, del Distrito Municipal de Santiago Oeste.

No obstante, en muchos barrios personas siguen ingiriendo bebidas alcohólicas en grupo y cuando observan la presencia policial, escapan por callejones y otras se encierran en sus casas.

De acuerdo a un recorrido realizado por Listín Diario, en general  las calles de la ciudad de Santiago, casi libres de tránsito y de peatones.

RICARDO SANTANA

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