Cómo un millonario perdió en pocos días una de las mayores fortunas del mundo

Bill Hwang es un inversor estadounidense de procedencia coreana que trabajó a las órdenes del conocido administrador de fondos de cobertura Julian Robertson. En 2001 creó el fondo Tiger Asia Management, entidad que se convirtió en uno de los mayores inversores bursátiles de Wall Street en acciones asiáticas, hasta que la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) abrió una investigación en su contra.

En 2012, Hwang fue acusado por la SEC de tráfico de información privilegiada en relación a sus operaciones con acciones de bancos chinos y se vio obligado a pagar 44 millones de dólares para resolver una demanda civil.

En 2013 creó Archegos Capital Management, un fondo de inversión familiar, una forma de organización menos regulada que los fondos de cobertura convencionales. Para 2020, el patrimonio de la entidad superaba los 10.000 millones de dólares, mientras que el propio Hwang amasó una fortuna de 20.000 millones de dólares.

El fracaso y sus consecuencias

Archegos mantenía grandes apuestas apalancadas en acciones de medios estadounidenses como ViacomCBS y Discovery, así como en algunas empresas chinas, incluidas Baidu, Tencent Music y Vipshop. Luego de que los valores de estas compañías cayeran el 26 de marzo de 2021, el fondo comenzó a incurrir en pérdidas y el efectivo de la entidad ya no era suficiente para cubrirlas.

El 29 de marzo de 2021, siguiendo el procedimiento de préstamo de margen, los corredores exigieron agregar garantías. Cuando esto no sucedió, se produjeron ventas forzadas de las acciones por parte de los corredores, lo que llevó a una disminución acelerada de las cotizaciones, ya que cada corredor tenía prisa por reducir sus pérdidas. Se estimó que el valor total de aquellas liquidaciones forzadas alcanzó los 30.000 millones de dólares. Como consecuencia, las autoridades financieras de EE.UU. empezaron una investigación para esclarecer las causas del derrumbe.

Según The Financial Times, los prestamistas de Archegos —entre ellos los bancos estadounidenses Goldman Sachs y Morgan Stanley, el mayor banco de inversión japonés, Nomura, o el suizo Credit Suisse—, al principio intentaron ponerse de acuerdo sobre cómo deshacerse de las acciones de manera ordenada y limitar así las consecuencias negativas para el mercado, pero sus esfuerzos no tuvieron éxito. Como resultado, los bancos comenzaron a competir entre ellos sobre quién liquidaría primero esos activos, lo que eventualmente derrumbó el mercado.Para los que no se movieron lo suficientemente rápido —entre ellos Credit Suisse y Nomura— el resultado fue doloroso: las pérdidas del prestamista japonés podrían alcanzar los 2.000 millones de dólares, mientras que en la entidad helvética se elevaron a entre 3.000 millones y 4.000 millones de dólares.

La vida después de la caída

El pasado 29 de julio, Credit Suisse mostró el primer vistazo oficial sobre el incidente al publicar un análisis de sus fallas administrativas que coadyuvaron al fracaso. Sin embargo, la entidad sostiene que «parece probable que Archegos engañó a Credit Suisse y confundió el verdadero alcance de sus posiciones, que Archegos acumuló en medio de una pandemia», señala el informe.

La oficina de inversión familiar de Hwang está a la espera de su liquidación. Hace solo unos meses, el multimillonario poseía propiedades, construidas con dinero prestado, valoradas en más de 120.000 millones de dólares. Hoy, los prestamistas de Archegos Capital Management que perdieron su dinero hacen fila para recibir compensaciones. Según FT, la persona que maneja la liquidación es David Pauker, especialista que intervino después de la implosión de Lehman Brothers en la crisis financiera de 2008.

Las oficinas de Archegos han sido vaciadas en su mayor parte. Sin embargo, la organización benéfica de Hwang, Grace and Mercy Foundation, sigue funcionando, aunque tuvo que mudarse a otra oficina más barata en Nueva York. La fundación acumuló más de 600 millones de dólares para 2019, detalla CNBC con referencia a documentos financieros.

Tras su caída, el multimillonario tuvo que cambiar su estilo de vida y renunciar a los lujos extravagantes. Los meseros de un modesto restaurante de la localidad de Tenafly, en el estado de Nueva Jersey, lo reconocen como uno de sus comensales habituales, recoge Bloomberg. Según el medio, el propio Hwang sigue haciendo inversiones con el dinero que le queda y busca resolver sus problemas con prestamistas y autoridades mientras pasa su tiempo libre orando, leyendo libros de temática cristiana y escuchando grabaciones de la Biblia.

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