Santiago. Los comunitarios de Salamanca y El Aguacate pensaban que los reclamos para que les construyeran la carretera habían terminado, ya que estaba prácticamente lista para el asfalto.
Sin embargo, los trabajos fueron abandonados, y las lluvias han arrastrado los materiales, lo que la dejó peor que antes.
El transitar por la vía de las citadas comunidades enclavadas en la zona montañosa del distrito municipal San Francisco de Jacagua se torna cada día más difícil y peligroso, por lo que los moradores piden sean tomados en cuenta, y terminen con las promesas que por décadas les han hecho los diferentes gobiernos.
Danny Aracena, uno de los luchadores y cabecilla de distintas protestas que han hecho desde el 2011 en demanda de la terminación de la única carretera que une las citadas comunidades con los sectores productivos de Santiago.
Aracena recordó todas las peripecias que han pasado, y que incluso llegó a encadenarse en el 2019 frente a la gobernación de Santiago, y en ese entonces se iniciaron los trabajos, que dejaron la construcción en un 90 por ciento, pero luego hubo un cambio de gobierno y la dejaron en el olvido.
Dijo que en julio del pasado año, el presidente Luis Abinader se comprometió con una comisión a terminarla en un plazo de cuatro meses, cosa que no cumplió, por lo que están preparando una nueva jornada de protesta.
Manuel Martínez, presidente de asamblea de Salamanca, considera que las autoridades han sido muy indolentes y deben empezar a trabajar, ya que la comunidad está prácticamente aislada.
“Todos los domingos debo subir a la comunidad para llevar la palabra de Dios, y realmente es una situación muy difícil, cada semana es peor, porque las últimas lluvias han deteriorado la calle. Cuando empecé a subir, en diciembre pasado, hacía el trayecto en unos 15 ó 20 minutos, ahora me toma el doble, porque debo ir despacio, esquivando los hoyos, las zanjas que han provocado las lluvias”, expresó Martínez.
WENDY ALMONTE