El coronavirus se transmite por la cercanía con una persona ya infectada incluso al aire libre. También se transmite desde personas contagiadas y puede quedar suspendido en el aire especialmente en lugares con mala ventilación.
Las personas que lo exhalan en gotas o en aerosoles pueden estar contagiadas sin manifestar síntomas. De la mano de esas situaciones y porque no se siguen los cuidados de prevención, el coronavirus se propagó por el mundo, fue modificándose y ahora está poniendo en vilo al mundo con su variante de preocupación Ómicron. En menos de 2 meses, la variante llegó a 132 países, y está produciendo un “tsunami” de casos de COVID-19 en el mundo. ¿Todos los seres humanos se contagiarán?
La variante Ómicron fue detectada en noviembre en África, la región donde menos del 14% de la población tiene una dosis de vacuna contra el COVID-19. En América Latina, en cambio, el 72% de la población recibió al menos la primera dosis. La Organización Mundial de la Salud informó que se registró un récord de 9,5 millones de casos de COVID-19 en el planeta durante la última semana de 2021,, lo que supone un aumento semanal del 71%. Ese aumento abrupto está relacionado con la veloz propagación de Ómicron. El 90% de los casos graves no estaba vacunado completamente.
Hay pruebas consistentes que demuestran que Ómicron tiene una ventaja de crecimiento sustancial sobre la variante Delta, que había sido detectada en India en octubre de 2020 y empezó a circular más en Sudamérica en el segundo semestre del año pasado. En cuanto a su transmisión comunitaria, Ómicron tiene un tiempo de duplicación de entre 2 y 3 días.
Parece que los casos de personas que han adquirido la variante Ómicron son más leves que las afectadas por Delta. Sin embargo, si se mira el panorama general de la pandemia hoy, no significa que Ómicron deba ser “catalogada como leve, según advirtió el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus. “Ómicron está hospitalizando a la gente, y está matando a la gente”, remarcó. “De hecho, el tsunami de casos es tan grande y rápido que está desbordando los sistemas sanitarios de todo el mundo”, dijo.
El COVID-19 ya afectó a más de 296 millones de personas si se consideran solo los casos reportados. Con la circulación de Ómicron, expertos en epidemiología, virología y bioinformática de Estados Unidos, Canadá, Australia y Argentina hablaron sobre el alcance y el impacto real que puede tener la Ómicron al ser consultados por Infobae.
“La mayoría de las personas se expondrá a la variante Ómicron del coronavirus en los próximos seis meses. Pero eso no significa que necesariamente se infecten todos”, respondió Zoe Hyde, epidemióloga y bioestadística del Centro para la Salud y el Envejecimiento de la Universidad de Australia Occidental.
“Si usáramos mejores mascarillas, como las KF94 y N95, mejoráramos la ventilación al traer más aire fresco del exterior y si usáramos más purificadores de aire HEPA, podríamos prevenir muchas infecciones. No creo que los gobiernos deban encogerse de hombros y decir que todos se van a infectar”, argumentó.
Además, la doctora Hyde señaló a Infobae: ”La gente tiene una idea equivocada relacionada con que el COVID-19 se convierta en una enfermedad endémica. No creo que se calme como el resfriado común. En cambio, habrá una nueva ola de enfermedades cada vez que surja una nueva variante. Y la razón por la que seguimos teniendo variantes es que los gobiernos no están haciendo lo suficiente para detener la transmisión. Me gustaría que los gobiernos cambiaran a una estrategia de vacunación con las medidas para limpiar el aire, como una mayor ventilación y el uso de purificadores de aire HEPA”.
En tanto, el doctor Mario Lozano, virólogo e investigador del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes en Argentina, dijo: “No creo que nos contagiemos todos en el sentido literal, pero muchos se van a contagiar. Una situación tan explosiva en términos de casos diarios va a terminar generando en un tiempo corto -quizá 2 ó 3 semanas más- una saturación de modo que al virus le va a costar encontrar cada vez más personas susceptibles de ser infectadas”.
Como sucedió en Sudáfrica (y está sucediendo en Londres o en algún estado de Estados Unidos, como Minessota) -mencionó el doctor Lozano-, se va a alcanzar un pico de casos de COVID-19 y después van a disminuir. Claro que eso ocurrirá siempre y cuando no surja otra variante diferente a Ómicron en alguno de los países que se están dejando desatendidos respecto a la distribución de vacunas”.
Con Ómicron, “no nos vamos a infectar todos”, dijo el doctor Rodrigo Quiroga, investigador en bioinformática de la Universidad Nacional de Córdoba y el Conicet. Según las estimaciones de los parámetros epidemiológicos de Ómicron, la infección de 20-30% de la población podría bastar para que los casos comiencen a bajar.
“Aunque la suba de casos de COVID-19 con Ómicron fue súbita y muy veloz, se estima que más personas se han contagiado por las otras variantes durante las olas anteriores de la pandemia. Hoy el 51% de la humanidad tiene el esquema completo. Por la protección que dan las vacunas, los casos de COVID-19 graves, las hospitalizaciones y las muertes serán menores que en olas anteriores. Esto no significa que haya que descuidarse: porque a más casos de COVID-19 en números brutos, podría haber más internaciones y una tensión importante sobre el sistema hospitalario como se está observando en algunas regiones de Estados Unidos y Canadá”.
Pero no todos los expertos coinciden en que Ómicron podría encontrar un límite. Desde los Estados Unidos, la doctora Monica Gandhi, directora del Centro Gladstone de Investigación en VIH y profesora de la Universidad de California en San Francisco, expresó: “Sí, lo más probable es que todo el mundo se exponga a la variante Ómicron, altamente transmisible, ya que se propaga rápidamente y es difícil de evitar. De hecho, Ómicron está dando lugar a infecciones leves entre los vacunados (incluso en las personas con dosis de refuerzo). Sin embargo, Ómicron es más leve, probablemente porque no puede infectar muy bien las células pulmonares, como demuestran múltiples estudios de la Universidad de Hong Kong, la Universidad del College de Londres y varios estudios en animales”.
Para Gandhi, “la infección por la variante Ómicron da amplia inmunidad a las otras variantes. Por lo que es probable que aumente la inmunidad de los vacunados y a los no vacunados si se exponen. Por lo tanto, a menos que tengamos una nueva variante que sea más virulenta (lo que puede ocurrir si no nos esforzamos por la equidad global de las vacunas), parece que Ómicron será la variante que lleve al COVID-19 de la fase pandémica a la endémica”.
La doctora Gandhi, que ha publicado varios trabajos sobre COVID-19, subrayó la importancia de vacunarse completamente y con las dosis de refuerzo. “Las vacunas son asombrosamente eficaces en la protección contra la enfermedad grave. Por lo que la mayoría de las personas vacunadas que contraigan el COVID-19 sólo tendrán una infección leve. No es un fracaso de las vacunas sino todo un éxito”, afirmó.
En coincidencia con la investigadora, Matthew Oughton, profesor del Departamento de Medicina de la Universidad McGill y a cargo del Laboratorio de Microbiología Molecular del Hospital Judío en Montreal, Canadá, explicó: “Por la rápida transmisión, incluso en poblaciones que tienen una inmunidad previa sustancial por una combinación de vacunación más infección previa por las variantes anteriores del coronavirus es muy probable que una vez que Ómicron llegue a una población, se establezca y reemplace rápidamente a otras variantes menos transmisibles para convertirse en dominante. Esto hace probable que, a menos que la propia Ómicron sea superada por otra variante con una transmisibilidad o evasión inmunológica aún mayor, la mayoría de la población mundial esté expuesta e infectada en los próximos meses”.
Oughton señaló que “aunque hay cada vez más pruebas de que si bien individualmente la variante Ómicron tiende a causar una enfermedad menos grave, cuando se multiplica en una gran población en un corto período de tiempo los resultados siguen siendo un gran número de casos graves que pueden sobrecargar las instalaciones sanitarias locales o regionales”. Por eso, recomendó a las personas que se vacunen tan pronto como puedan hacerlo.
“También sugeriría -subrayó Oughton- que las autoridades de salud pública y los gobiernos traten de establecer y mejorar continuamente las medidas que protegen la salud de la población, incluyendo la educación en general así como la de los trabajadores de la salud, la ventilación en lugares públicos y cerrados, el equipo de protección adecuado para los trabajadores de la salud, y los sistemas de vigilancia que permiten la detección temprana de los aumentos de la actividad de la enfermedad (como los análisis de las pruebas de diagnóstico, pero también la vigilancia no convencional, como el monitoreo de aguas residuales para detectar las variantes del virus).
Fuente: INFOBAE