POR GUARIONEX ROSA.- El Partido de la Liberación Dominicana, PLD, es el gran perjudicado con la develación de la Operación Calamar, tanto ahora en que comienza a desarrollarse la campaña pre-electoral, como en el año venidero cuando tendrá que tomar una decisión crucial como sería aliarse a la Fuerza del Pueblo.
Que el PLD llegara a un acuerdo con la Fuerza del Pueblo sería una especie de misa de salud para el ex presidente Fernández, quien alega que está hoy en empate técnico con la candidatura de Abinader que no ha sido proclamada aun por el Partido Revolucionario Moderno, y que habrá segunda vuelta.
La Operación Calamar ha tenido una repercusión tan grande que algunos la ven como una maniobra del gobierno del presidente Abinader para deteriorar al PLD y otros como una maniobra a propósito para forzar al régimen actual para tomar una posición más firme frente a la corrupción.
El PLD queda mal como quiera, peor todavía después de que su líder el ex presidente Danilo Medina informó que era un paciente de cáncer tras retornar al país desde Estados Unidos donde fue examinado en un hospital de Miami. Su protagonismo se vería muy reducido por la dolencia.
Con la tragedia de que varios de sus hermanos han sido envueltos en serios actos de corrupción, lo menos que podría ayudar en su restablecimiento es que su antiguo candidato presidencial, Gonzalo Castillo, y sus ex ministros José Ramón Peralta y Donald Guerrero se encuentren ahora imputados.
Lo mejor para el régimen de Abinader habría sido que el escándalo se destapara en otro momento y no en la cara de los invitados que asisten a la XXVIII Cumbre Iberoamericana y que han tenido como referencia de la República Dominicana, un país tranquilo y agraciado por su turismo, que ya bastante tiene con las mortificaciones que causa el país vecino que comparte la isla.
Las presiones venían desde hace tiempo para que se llamara a los tribunales al ex candidato presidencial, Gonzalo Castillo, también antiguo ministro de Obras Públicas, al ex ministro Administrativo de la Presidencia, y al ex ministro de Hacienda, Guerrero, quizás como un paso previo antes de reclamar a juicio al propio ex presidente Medina.
Escándalo sorprende
El escándalo que al parecer tomó de sorpresa a mucha gente por su dimensión en lo que se definen como estafa y mal manejo de fondos públicos, envuelve a más de 20 personas para quienes se estaría buscando alojamiento en la cárcel de Najayo hombres, la cual es conocida por antiguos políticos del PLD, que salieron de la cárcel sin mayores problemas.
La reputación más golpeada en el grupo imputado es la de Peralta, un sabio de la política, quien ejerció su alto y delicado puesto con las puertas de su despacho para la militancia del partido, que prodigó ayudas y empleos para muchos de los dolientes de ahora, que se han sentido agraviados por la decisión del ministerio público.
Peralta es de la familia Peralta Michel de La Vega. Lo visité en varias ocasiones durante los ocho años del gobierno de Medina y siempre lo encontré apacible. Me recibió puntualmente y solo en un caso lo noté inquieto porque hacía, según me dijo, dos semanas que no visitaba a su madre ya de avanzada edad. Siempre me pareció una persona pulcra.
La última vez que lo vi, mayormente para recoger insumos que nutrieran mis análisis, le hice una pregunta que fue insistente en nuestras conversaciones: “Dígame ¿cuándo se abrirán las relaciones con China Popular?” Me dijo “escriba sobre eso”. No me atreví a trasuntar semejante comentario en un análisis, siempre cuidadoso de la verdad. Pero él estaba en las negociaciones. A los otros dos y a la mayoría de los mencionados en el escándalo no los conozco. Conocí al padre del ex ministro Donald Guerrero, del mismo nombre ya fallecido, persona noble y gentil quien me visitaba en mi despacho del diario Última Hora, para llevar las notas del Banco Central del cual era su director de Comunicaciones.
Mala coincidencia
El gobierno de Abinader lo desmentirá, pero es mala coincidencia que nuevamente el informe sobre los derechos humanos del Departamento de Estado de Estados Unidos, ha deplorado esta semana lo que llama “abusos e impunidad” que se practican en la República Dominicana, señalando muertes en las cárceles, torturas y abusos contra haitianos. La diplomacia de RD tendrá que buscar la manera de que sea recibido en la Casa Blanca.
A los pocos días en el verano de 2018 se anunció la reapertura de las relaciones chino-dominicanas, una decisión histórica que siempre acompañará los logros del ex presidente Medina. En ese acontecimiento participaron además de Peralta, el canciller de la época, Miguel Vargas Maldonado y su equipo de la Cancillería, entre ellos César Medina, encargado de dar conocimiento del caso a Estados Unidos, un momento indeseable.
En noviembre del mismo año, agradecido por el gesto, el régimen chino del presidente Xi Jinping, extendió una invitación para que Medina viajara en visita oficial a ese país, cosa que cumplió en compañía de Peralta y el canciller Vargas Maldonado. Se había consumado el temor de Taiwán, que en ese momento perdió a su principal amigo en el mundo. La Operación Calamar ha puesto “bronco” inclusive al partido Fuerza del Pueblo, el cual emitió una cautelosa declaración pidiendo que se respeten los debidos procesos. Senadores, diputados y alcaldes del PLD reaccionaron fúricos ante el acontecimiento y el pedido de que Medina sea llamado a juicio, ya que se sugirió desde el poder judicial independiente que la recaudación de fondos fue ordenada por él, al reclamar que faltaba dinero para la campaña.
La imputación contra tantas figuras importantes, que al parecer fueron mencionadas en sesiones de delación de tres implicados que no figuran como encausados, tuvo la consecuencia de levantar un torbellino político con el único precedente del caso Odebrecht, todo esto un año antes de la campaña electoral para las elecciones venideras.
Uno que se distanció de los sometimientos fue el ex presidente Hipólito Mejía, quien manifestó que no cree en retaliaciones. En una declaración dijo: “soy un enemigo frontal del esquema de la justicia dominicana… Yo duré cinco años y siete meses aguantando ultrajes y falta de respeto de la gente de la Suprema Corte de Justicia”.
En los mentideros políticos se dice que la procuradora general, Miriam Germán, de quien dependen los fiscales auxiliares Yeni Berenice Reynoso y Wilson Camacho y el entramado de la lucha contra la corrupción cobijado en la PEPCA, no es directamente la responsable, toda vez que los fiscales tienen su libre albedrio para actuar.
En su editorial del martes, titulado “El mal de leva de la lucha contra la corrupción”, tras considerar el caso, LISTÍN DIARIO concluye que “con las millonarias sumas que se han llevado los funcionarios corrompidos hasta en las suelas de sus zapatos, en el país pudieron remediarse muchas necesidades sociales, hoy todavía insatisfechas”.