POR MARCOS SANTOS.- Segurísimo que sí.
Ayer estuve leyendo un artículo del prestigioso y reconocido médico psiquiatra, José Miguel Gómez, donde éste le recomendaba al político y economista, Fernando Álvarez Bogaert, que escribiera sus memorias de los años vividos, y yo diría sufridos, al lado del presidente Joaquín Balaguer, con el objetivo de que las presentes y futuras generaciones conocieran datos de esa época, de un actor de primera mano.
Además, el doctor Gómez, le hace ver al licenciado Álvarez Bogaert, que ya existen las condiciones para escribir dichas memorias.
Ya no hay presión.
Un párrafo del referido escrito dice lo siguiente:
“Escribir, publicar, dialogar, contar las historias y evocar de la memoria todas las huellas somáticas y emocionales, permiten que nunca se queden como traumas o como experiencias traumáticas no resueltas”.
Sin el quizás, por eso recomiendan decir, contar, las cosas que nos puedan atormentar, y por ende, causarnos daño.
Sin embargo, en el mundo de la comunicación existe la censura y la autocensura, es decir, hay cosas que no podemos contar por diferentes motivos o circunstancias.
De la censura, mucho se ha dicho, pero la más recurrente en estos tiempos, viene dada por chantajes y extorsiones por parte de sectores políticos, empresariales, militares, populares, profesionales, deportivos, sociales y hasta religiosos.
“El poder es para usarse”, decía frecuentemente un reconocido empresario de la comunicación de San Francisco de Macorís.
A lo mejor, dentro de su mente y comportamiento arcaico, esa triste frase le aliviaba un poco la carga de conciencia que debe llevar toda acción injusta y atropellante.
Pero, ese no es el tema.
Viendo las cosas, y de modo empírico, para mí es saludable escribir, publicar, dialogar, y de eso vivo, pero además, siempre, siempre, debemos tener una persona para confiar nuestras cosas y así en cierta forma “liberar” las cosas que nos puedan hacer daño.
Mucha gente dice, “tengo un pique por dentro”, pues sin ser profesional de la conducta humana, le recomiendo que se saque ese pique y si no puede, acuda a un psicólogo o a un psiquiatra, pero no se quede con eso dentro.
Pero volviendo al tema de la autocensura, esta viene motivada por asuntos meramente internos de cada comunicador, que a veces pueden ser casi colectivos.
Por ejemplo, en los llamados “Doce Años de Balaguer”, había autocensura casi colectiva, por razones que casi todos conocen.
¿Y ahora hay autocensura?
Siempre la habrá.
Decir que el Gobierno del PRM debe ponerse las pilas en muchísimos aspectos, puede provocar malestar en los miembros de la presente administración y de dicha organización política.
Decir que el PLD salió desacreditado del Poder, por los escándalos que se conocen por presuntos actos de corrupción y que por ese detalle se le hace difícil ganar las elecciones del 24, es desatar la furia de los peledeses.
Y decir que Leonel Fernández y su Fuerza del Pueblo, son morados vestidos de verde, que en sus gobiernos hubo corrupción a diestra y siniestra, y que Don Leonel se cree el único capaz de dirigir los destinos de este país, es ganarse un buen dicho de algún leonelista.
Pero es mí posición y dicha está, y la misma debe ser respetada, no así secundada por todos.
Digamos las cosas, con el debido respeto.
El mundo de nuestros días nos pone a disposición múltiples herramientas para escribir, publicar, dialogar, y contar las historias.
Una persona que no pueda decir las cosas, no es una persona libre, y la falta de libertad, para mí, debe ser uno de los peores castigos a que puede ser sometido un Ser Humano.
Eso sí, ni parlanchín ni apocado.
El autor es director de CALLE56.COM, MUJERESRD.COM y conductor del programa Con Marcos Santos que se transmite de lunes a viernes de 7 a 8 de la noche por Agenda 56 TV, canal 413 de Wind TVO, y en Facebook Live @agenda56 @conmarcossantos03 @alfilodelasnoticias