Nueva York no está pasando su mejor momento. La ciudad está inmersa en una ola de delincuencia que puede tener como origen dos factores: la pandemia del coronavirus, que ha golpeado con especial virulencia a la Gran Manzana, y las protestas del movimiento Black Lives Matter.
Especialmente preocupante es el aumento de los tiroteos. Tal y como recoge el Daily Mail, el pasado mes de junio se registraron en Nueva York 250 tiroteos, una cifra desmesurada comparada con los 97 registrados en junio de 2019.
El de las víctimas por arma de fuego también se ha disparado, en concreto un 51%, hasta un total de 616 víctimas.
Otro dato: en los seis primeros meses del año, se produjeron 176 asesinatos, un 23% más que en el mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 143. En cuanto a robos en viviendas, aumentaron un 119%, y los robos en coches crecieron un 48%.
Todas las miradas se dirigen al alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, que ha acometido recortes presupuestarios en el cuerpo de Policía, cambios en la política de fianzas de detenidos, y al que se le acusa de ser poco firme con los actos vandálicos relacionados con las protestas del movimiento Black Lives Matter. El propio presidente Donald Trump ha sido crítico con De Blasio.
Según el Daily Mail, la ciudad se está vaciando. 500.000 habitantes habrían salido de la Gran Manzana desde el estallido de la pandemia de coronavirus. Las calles están vacías, el Metro circula con pocos pasajeros, y algunos comparan la situación con la vivida tras los atentados islamistas del 11 de septiembre.
Además, 1,2 millones de neoyorquinos han perdido su empleo este año, sobre todo en restaurantes y tiendas. Con este panorama, la ciudad que nunca duerme vive una auténtica pesadilla.