POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- La situación en Estados Unidos puede deteriorarse gravemente en los próximos días.
La denuncia del expresidente Donald Trump de que será arrestado mañana siendo el jefe de la oposición al gobierno demócrata y casi seguro candidato presidencial republicano, va a agudizar la confrontación política e ideológica a grados nunca vistos en la era contemporánea y acercarlo al abismo que significaría la ruptura de la convivencia pacífica que han disfrutado por siglos, coexistiendo con divergencias políticas, el partido Republicano y el Demócrata.
La reacción de Trump denunciando que se trata de una persecución política impulsada por los demócratas, ha sido endosada por el tercer hombre en la sucesión presidencial, el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy.
Trump igualmente ha llamado a las protestas y a la resistencia. En un país muy armado en que muchos tienen armas de todo tipo en sus residencias.
Pero todo lo anterior ocurre en medio de una grave crisis bancaria que ha afectado a varios bancos importantes regionales y que, según un reportaje de Wall Street Jornal, más de 180 bancos estarían en peligro de quiebra en las próximas semanas, ya que tienen situaciones similares a los que quebraron.
Y como si todo lo anterior fuera poco, estas crisis políticas y económicas internas ocurren en medio de una peligrosa confrontación entre Estados Unidos y Rusia-China, que representan dos de las tres superpotencias militares y nucleares.
El posible arresto de Trump también coincide con una orden de captura del presidente de Rusia, Vladímir Putin, por parte de la Corte Penal Internacional.
La respuesta de Rusia, que nunca ha admitido competencia de la Corte Penal Internacional, es recibir en el Kremlin esta semana al presidente de China, Xi Jinping, con quien firmará acuerdos importantes que pondrán en evidencia una unidad de acción geopolítica conjunta frente a Estados Unidos.
Lamentablemente, el liderazgo de Estados Unidos no está analizando el peligro que implica fracturas en su unidad interior, y que la división extrema de su población lo va a debilitar frente a China y Rusia, que por el contrario tienen un liderazgo coherente y claro en sus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
No hay dudas, la semana inicia con un panorama muy sombrío para Estados Unidos.
Oremos porque Dios le evite una tragedia interna que, aparte de afectarlos a ellos, afecte a todo el mundo.