POR NARCISO ISA CONDE.- Aquí existe un gobierno sometido al endurecimiento de la estrategia y la recolonización neoliberal, profundamente conservador, manipulado directamente por empresarios privados, con un presidente empeñado en reelegirse en los comicios del 2024 y una oposición electoral de calaña parecida, con mucho de escoria política.
El acceso a cuantiosos recursos y la estrategia mercadológica empleada favorecen en buena medida las pretensiones reeleccionistas de Abinader dentro de un diseño general en el que el mercado electoral clientelizado y el negocio de la política imponen un oligopolio conservador con dos bloques, a los que se suman los vagoncitos de cola.
Es un oligopolio político-partidista que garantiza no solo anti-democracia y postulación y reelección de no pocos de dirigentes impresentables, sino lo que es peor: reelegir un Estado que asegura reelección-continuidad del neoliberalismo endurecido, impunidad a granel, aceleración de la privatización de la naturaleza (incluidas fuentes de agua), minería destructiva, desprotección de áreas protegidas, turismo costero depredador (ya ha destruido el 50% de los manglares y dañado muchas playas); más incremento de la violencia de género, transferencia del patrimonio nacional a corporaciones transnacionales y grupos privados, abismales desigualdades, empobrecimiento material y espiritual, anulación de soberanía y el narco-estado correspondiente.
A cuestionables postulaciones y re postulaciones de candidatos/as corruptos se le agrega la reelección de esas políticas nefastas, lo que da más de lo mismo con diferentes trajes y modalidades; y con esos fines, de cara a las votaciones, en esas vertientes se producen asociaciones delictivas público-privadas y complicidades que instrumentan la voraz voluntad imperial y empresarial- oligárquica.
Las evidencias de cara a estos comicios son claras. Los partidos PRM, PLD, FP, PRSC, PRD y sus dos bloques y tres candidatos actúan igual cuando son gobierno y guardan silencio o respaldan esos hechos ominosos cuando son oposición. Y tal realidad -cualquiera que sea el bloque que gane las votaciones- asegura la reelección de los males acumulados y el dominio de las elites capitalistas y la cúpula política.
Las fuentes de financiamiento electoral para afirmar esos propósitos sistémicos son fundamentalmente seis: 1) Estado-JCE-partidos. 2) Narco-economía / narco-política. 3) Inversiones del gran capital privado en partidos C x A. 4) Apropiación ilegal de recursos del Estado. 5) Parcialización abusiva del sistema de medios de comunicación. 6) Dinero robado al Estado en periodos anteriores.
Ellas, sumadas a sus coincidencias en concepciones y actitudes pro imperialistas, ayudan a reproducir un consenso soterrado, permanente y perverso en el sistema de partidos y en las organizaciones corporativas del gran empresariado capitalista.