¿Cuál democracia?

POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- Aprendí que se es más democrático cuando hay una mayor participación.

Que un partido muestra más músculos y más solidez, cuando abre a sus militantes y simpatizantes la participación.

Por eso, cuando me tocó aspirar a dirigir el club al que pertenecí en mi pueblo, Tamayo, buscaba ganarme el voto de la mayor cantidad de miembros.

Nunca, en mi época de estudiante, acepté una posición en el Frente Estudiantil “Flavio Suero” al que pertenecí, que no haya sido por el voto mayoritario.

No entiendo porque los partidos políticos le HUYEN, “como el diablo a la cruz”, a las elecciones primarias internas.

Por qué les niegan el derecho a sus seguidores de elegir y ser elegidos democráticamente.

Pero en los medios de comunicación y en los discursos que dirigen a sus seguidores esos políticos “defienden” los procesos democráticos.

¿Qué tiene de democrático escoger un candidato por una encuesta a mil 200 ciudadanos? o ¿acaso es más democrático una asamblea de 500 delegados para escoger un candidato a senador, sindico o diputado, que unas primarias con 5 o 6 mil militantes?

Suenan a discursos hipócritas los que pronuncian los líderes de esos partidos.

Dicen que “aspiran” a un país en democracia y a un partido abierto a la mayoría.

¿Pero a cuál mayoría? Si cuando necesitan actuar en libertad y escoger sus candidatos, le cercenan el derecho.

Alegan los líderes de los partidos, que las elecciones primarias “son muy costosas”.

Pero cuando se cuestiona que la junta central entregue tantos millones a los partidos, salen como “fieras” a defender esa inversión.

Dicen que preservar la democracia en el país cuesta. ¿Y preservar la democracia interna en los partidos?

A Peña Gómez le escuché decir una vez: la democracia se consolida con más democracia.

¿De cuál democracia me hablan los partidos hoy, sin primarias internas?

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