Cuba reportó un pico de 365 nuevos contagios de coronavirus el sábado y la mayor cantidad de casos activos desde que comenzó la pandemia. Las autoridades sanitarias lo atribuyen al arribo de viajeros tras la apertura de aeropuertos y el incumplimiento de los protocolos de bioseguridad.
Los 2.332 casos activos son un récord desde marzo cuando se reportó la presencia del virus en en el país, informó el director de Epidemiología, Francisco Durán, en una comparecencia especial en la televisión nacional para dar a conocer la “compleja situación” epidémica.
Duran indicó con tono alarmado que incluso provincias con más de 150 días sin reportar casos, como Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo —en el oriente del país—, registraron positivos esta semana.
Los 365 nuevos casos en una sola jornada reportados el sábado, aunque corresponden al cierre del viernes, suponen un rebrote en la isla, que mantuvo bajo control los contagios con una activa política de pesquisa casa por casa y rápidas detecciones, además de aislamientos obligatorios y cancelación de vuelos.
La víspera una reunión del gobierno presidida por el mandatario Miguel Díaz-Canel informó que se estudian medidas de nuevos cierres de espacios y paralización dependiendo de la situación de cada territorio, incluyendo a La Habana.
La reapertura en noviembre de los aeropuertos y la llegada de personas tanto extranjeras como cubanos residentes que vinieron a ver a sus familiares propició un incremento y sobre todo dispersión en casi todas las provincias del país, explicó el epidemiólogo Durán.
“Y no es (solo) el viajero, es el incumplimiento de las medidas”, dijo Durán, quien insistió que en muchos casos las familias que recibieron a estas personas no cumplieron el protocolo según el cual, luego de un primer test negativo en el aeropuerto se debe estar aislado en el domicilio por una semana y esperar el resultado de un segundo control.
En cambio hubo reuniones, presencia de personas sin el barbijo obligatorio, salidas de la casa antes de tiempo, visitas y las fiestas de fin de año agravaron la cuestión. Según Durán entre el 80 y 90% de los contagios son comprobadamente contactos de casos importados.
Pero también reconoció fallas en el mecanismo de la aplicación de las pruebas diagnósticas pues el personal de salud no se presentó en muchos domicilios para la segunda prueba o el chequeo a los viajeros.
Durán dijo que se endurecerán los controles con sanciones, procesos judiciales y multas —el año pasado se dio a conocer un decreto para castigar la propagación de epidemias— a quienes no respeten el distanciamiento social, los protocolos de viaje o dejen de usar sus barbijos.
Hace dos semanas y cuando los números venían en crecimiento, Cuba redujo los vuelos e ingreso de personas procedentes de Estados Unidos –a donde vive la mayor cantidad de emigrados–, México y Panamá, entre otros. Además, anunció que a partir del 10 de enero se exigirá un test negativo desde el embarque en el país de procedencia.
El país acumula 14.188 casos positivos de la COVID-19 y de ellos 148 personas murieron. Hasta ahora no se reporta el colapso de los servicios de salud.
AP