Espaillat. Con los vehículos destartalados y una serie de limitaciones para acudir a llamados de emergencia. permanece la Defensa Civil en el municipio de Moca de esta provincia.
Con notables daños, en las afueras de la edificación, permanecen camionetas, un minibús y otros vehículos que se han ido deteriorando con el tiempo, y dejan a los socorristas expuestos a la calamidad para atender las emergencias que se presentan.
Cuenta con cuatro empleados nombrados por diferentes instituciones gubernamentales, y alrededor de 60 voluntarios, varios asisten diariamente y para el almuerzo hacen colecta, la asignación de recursos es de 8 mil pesos y no alcanza ni siquiera para pagar los servicios.
El director de la Defensa Civil en Moca se muestra optimista y apuesta a que saldrán a flote con el apoyo del Gobierno y organizaciones empresariales que han iniciado donaciones de herramientas y equipos para enfrentar cualquier eventualidad.
Ramón Moronta, encargado de comunicaciones de la entidad, explica que los vehículos tienen más de 20 años abandonados en el parqueo y cuando reciben un llamado de emergencia deben ingeniárselas para llegar, solo algunos voluntarios tienen motores y los ponen a disposición de la entidad de forma desinteresada.
“Aquí todos estamos por vocación, porque trabajar así es una cosa difícil, cuando hay situaciones de desastres, no hay espacio ni siquiera para que los voluntarios descansen” indica Moronta.
Ante la falta de vehículos y otras precariedades, el director de la Defensa Civil en Moca, Víctor Alfonso Vázquez solicitó al Gobierno central, vía la dirección General de la Defensa Civil, 2 camionetas y solo una fue aprobada, pero aún no hay fecha específica para la entrega. Juan Comprés dice que los voluntarios trabajan con precariedad y sin maquinarias ni vehículos.
Preocupación ante el grado de abandono
La Defensa Civil funciona actualmente en el barrio Los López, en un apartamento donado hace casi tres décadas por el expresidente Joaquín Balaguer, donde la estrechez impide un trabajo adecuado de los socorristas.
Pese a que en la provincia Espaillat opera el Sistema de Emergencias 911, la comunidad está preocupada por las condiciones de precariedad.
NURIS ESTEVEZ