Normalmente, hablamos de Jacob deGrom como el heredero de Tom Seaver en los Mets de Nueva York … y con razón. Pero Seaver no tenía que trabajar tan duro para salir con una victoria – incluso antes de que su equipo se convirtiera en los Milagrosos Mets de 1969.
Tom Verducci escribió el otro día que deGrom no es el lanzador con la peor suerte del mundo. Señaló que Clayton Kershaw ha lanzado más juegos en los que ha tenido un apoyo ofensivo de dos carreras o menos – y hay otros monticulares que reciben menos respaldo que deGrom. Todo eso es cierto.
Pero nunca ha habido un lanzador tan bueno como deGrom en los últimos años — cuando consistentemente ha sido llamado el mejor del béisbol, ganando dos Premios Cy Young (y casi un tercero) y tirando continuamente a 100 millas por hora — que haya tenido la combinación de bajo apoyo ofensivo y falta de ayuda del bullpen como deGrom. Eso es un hecho.
Ciertamente, nadie tan bueno como deGrom ha tenido que sudar tanto una victoria.
deGrom fue el perdedor del partido ante los Marlins el sábado, un día en el que completó ocho entradas, permitió cinco hits, ponchó a 14 y concedió una sola carrera. Todo eso para salir como el lanzador derrotado – porque los Mets eventualmente cayeron con marcador de 3-0. Ante los Filis, en su primera apertura del año, deGrom tiró seis episodios en blanco y fue retirado tras realizar 77 pitcheos, antes de que el bullpen de Nueva York desperdiciara otra de sus aperturas. En total, ha permitido ocho hits y ha ponchado a 21 rivales en 14 entradas en lo que va de campaña, para efectividad de 0.64.
Todo, para sumar un récord de 0-1.
Luego del juego del sábado, le pregunté al manager de los Marlins, Don Mattingly, qué tan bueno era deGrom, en comparación con otros grandes lanzadores que ha podido ver en su vida dentro del béisbol.
“No importa en qué era hubiese lanzado”, dijo Mattingly. “Este muchacho es bueno en cualquier contexto. Elige cualquier época.
“Y una salida como ésa… podrías decir que fue desperdiciada”.
Parece que eso ocurre todo el tiempo con deGrom, quien — pese a su calidad, ganar dos Premios Cy Young y quedar el año pasado en el tercer lugar de las votaciones — tiene récord de 25-20 desde el 2018, la temporada de su primer Cy Young. En ese período, tuvo una efectividad de 1.70 en el primer año, 2.43 luego y 2.38 en la siguiente.
Hasta ahora en el 2021, ha tenido los números de los que hemos hablado. Los Mets perdieron ambos de sus juegos. En el 2020, los Mets cayeron en cuatro de los 12 encuentros iniciados por deGrom, quien tuvo salidas de calidad (al menos seis innings y tres carreras permitidas o menos) en tres de esas cuatro ocasiones. En el 2019, fueron 18 derrotas en las 32 salidas de su as – rumbo a su segundo Cy Young – logrando aperturas de calidad en 10 de esas 18 veces.
Es como si el talento de deGrom estuviera enlazado con una cantidad de malos resultados que están atrapados en una continua serie ininterrumpida para los Mets y sus aficionados. Ya vieron lo que pasó en el Super Bowl y cómo los Chiefs no pudieron respaldar a su talentoso mariscal de campo Patrick Mahomes. Con los Mets sucede algo similar con deGrom, pese a que el derecho tira la bola mejor que todos. La única sorpresa del sábado fue que deGrom no haya dejado un resultado 1-0 a favor cuando el puertorriqueño Edwin Díaz permitió ese par de carreras ante los Marlins en el tope de la novena entrada.
Hay otros lanzadores estelares en el béisbol ahora, pero ninguno ha sido mejor que deGrom durante las últimas tres temporadas. Tiene todo el derecho de hablar del Salón de la Fama algún día. Pero esto es lo que hubiese pasado si un talento como Seaver hubiese tenido tantos problemas en conseguir victorias. O Koufax. Se trata más de la falta de respaldo… y cualquiera que haya visto a deGrom lo sabe.
Desde el 2018, los Mets tienen récord de 36-42 en las 78 aperturas de deGrom. En esas 42 derrotas, deGrom ha tenido 31 salidas de calidad.
Con respecto al sábado, deGrom tomó el camino bueno como siempre, gane, pierda o salga sin decisión.
“Su lanzador estuvo muy bien en la loma; no cometió muchos errores”, dijo deGrom. “… es parte del béisbol… hoy fuimos derrotados”.
Le pasa mucho a él. Vivimos en una época en el béisbol en la que nos dicen que las victorias para los lanzadores abridores no importan tanto como antes. Pero sabes que a deGrom le importan. Es un as que se ve continuamente atrapado en un espiral.