Santiago. Ante el daño causado por la humareda que se desprende del vertedero de Las Lavas y que ha obligado al internamiento de varias personas, moradores de la comunidad Estancia del Yaque protestaron para demandar su cierre.
Mediante pancartas y consignas, los manifestantes criticaron a las autoridades de los ayuntamientos de los municipios de Villa Bisonó (Navarrete) y Villa González por la falta de respuesta para clausurar el basurero.
“Cada vez que desaprensivos prenden el vertedero, resulta que los moradores de Estancia del Yaque y Navarrete no pueden estar en paz, debido a que la humareda es insoportable. Por eso decidimos salir a las calles para reclamar la solución inmediata”, expresó Nathaniel Rodríguez, uno de los manifestantes.
Los comunitarios bloquearon parte de la avenida Joaquín Balaguer, lo que causó malestar entre quienes circulan por la importante vía, al tiempo que se quejaban de las autoridades, las que dijeron juegan con la salud de las personas que viven en esa zona.
Más reclamos
Los residentes en estas comunidades también denunciaron que los estudiantes del centro educativo Gloria Beato se ven afectados por el humo que se desprende del basurero donde depositan Villa González y Navarrete, obligando a que tenga que despachar y perder docencia de manera regular. Al reclamo de cierre del vertedero, también unen la demanda agua potable y la terminación de una escuela que lleva varios años en abandono y que hace falta en la zona.
El pasado jueves, el alcalde del municipio Villa González, César Álvarez, reconoció que no han podido ser implementadas las acciones necesarias para controlar el vertedero debido a la carencia de recursos. La humareda lleva ya una semana sin poder ser controlada por las autoridades del municipio ni de Medio Ambiente.
Falta de mantenimiento afecta otros basureros
Las organizaciones populares y comunitarias de Navarrete dicen que también enfrentan problemas con el basurero que opera en Pontón. Mientras el vertedero que comparten los distritos municipales de Hato del Yaque y La Canela también afecta a sus residentes, los que han quejado por sus incendios y por la falta de mantenimiento adecuado.
MIGUEL PONCE