POR TOMAS AQUINO MENDEZ.- La mayoría de los dominicanos aplaudimos el acuerdo que devolvió al Estado la administración y cuidado de la carretera Juan Pablo II que lleva a la turística villa de Samaná. Nos alegramos de esa decisión del presidente Luis Abinader.
Sin embargo, debemos levantar la voz para evitar la arrabalización de esta importante vía. Luego de firmarse el denominado “Peaje Sombra” se emitió el decreto 654-11. Ese decreto tuvo la gran visión de bautizarla como “carretera panorámica”, para protegerla de la “invasión” que se produce en toda vía abierta al público.
Con el decreto 654-11 se buscó impedir que se colocaran a ambos lados de la misma, a 250 metros, los vendedores ambulantes o se levantaran casuchas y negocios informales.
Con esto llegan luego los denominados retenes o policías acostados. Por eso viajar por la carretera Juan Pablo II es placentero. Se disfruta la belleza de la naturaleza. Tras el acuerdo que devuelve al gobierno el manejo de la vía, se han levantado voces pidiendo que se elimine ese decreto. Si eso ocurriese se perdería todo lo preservado hasta ahora.
Llamo al presidente Abinader a desestimar ese pedido y proteger la vía. Los empresarios que la manejaban no se dejaron chantajear por quienes, desde el principio, quisieron evitar que se declarara PANORAMICA la carretera.
Hoy que el gobierno la maneja han vuelto con sus propósitos. Si queremos seguir protegiendo y levantando el turismo en Samaná, debemos garantizar al visitante la mayor tranquilidad y el mejor disfrute de nuestras riquezas.
Llenar esa carretera de puestos ambulantes de ventas, casuchas de cartón y retenes, no es la mejor fórmula. Dentro de toda su maldad, el peaje sombra tuvo como positivo: la construcción de la carretera y el decreto 654-II que la declara VIA PANORAMICA, para evitar su arrabalización, preservémosla.