Diomary La Mala: “El poder servir es parte de mi esencia y mi propósito de vida»

Diomary La Mala inició su carrera en los centros nocturnos de Nueva York acompañada de las agrupaciones locales por espacio de 10 años

Diomary Celeste Castillo es una mujer auténtica, luchadora y altruista. Además de su dedicación a la música se ha convertido en marca país, pues ella influye positivamente en la sociedad dominicana, a través del trabajo que realiza cada día por el bienestar social junto a varias fundaciones e instituciones sin fines de lucro en la República Dominicana.

Diomary La Mala, como es mejor conocida en e ámbito artístico logró su primera nominación a los premios más importantes del arte en el país: Premios Soberano, en el que logró obtener el galardón como Artista Solista de 2016.

En la actualidad, Diomary La Mala se encuentra grabando dos producciones de boleros dominicanos titulados “Feeling”, un disco a piano y voz junto al maestro Gustavo Rodríguez; y “Bolero Jazz”, compuesto por una selección de boleros en formato Big Band bajo la producción musical de Patricio Bonilla.

1. Orgullosamente francomacorisana

Orgullosamente nací en la ciudad de San Francisco de Macorís. O sea “soy dei cibao”, allí comenzó mi desarrollo y mis más grandes sueños. Recuerdo cuando cada tarde cruzaba sus calles para dirigirme a hacer todas mis actividades, que en realidad eran muchas, pues iba al colegio, a Bellas Artes, a jugar voleibol, a tomar clases de inglés, al catecismo, entre otras. Cada una de esas actividades es parte de lo que soy hoy en día. Gracias a mi madre Celeste Jiménez, maestra y catedrática universitaria y a mi padre Antonio Castillo que siempre nos inculcaron la educación, el amor a Dios y al trabajo. Mis padres son mi gran soporte, los que no me permite flaquear a ninguna tentación. Mis hermanos siempre están pendientes de mí, ya que soy la única hembra en la familia. Mi “guelinche” que es mi querida abuela. El que me conoce sabe que ella era mi gran amor. A pesar de sus 101 años siempre cantábamos juntas, hablábamos de su vida. Le cocinaba sus antojos, mi abuela tenía una memoria prodigiosa, teníamos una relación muy especial”.

2. Formación divertida e interesante

Mi formación educativa fue divertida e interesante, estuve en varias escuelas. Cursé la primaria en el Colegio La Milagrosa, pero por cosas de la vida terminé el sexto en la Escuela Manuel María Castillo, donde mi madre era la directora y finalicé el bachillerato en el Colegio La Altagracia. De ahí me fui a la capital a estudiar en la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), pero terminé la Licenciatura en Administración de Empresas en mi ciudad, en la Universidad Nordestana (UNNE) en 1991. Siempre recuerdo que cuando me gradué de bachiller a los 16 años, llegué a la capital muy joven a vivir a la pensión de mi tía Antonia que quedaba cerca de la UASD. Para ir a la UNPHU tenía que tomar 3 carritos públicos, para mí eso era una proeza, esa experiencia ha sido parte de mi fortaleza y el atreverme a vivir sin miedo”.

3. Incursión en la música

Estudié música en la Escuela de Bellas Artes de mi ciudad natal. Mis tíos son profesores de música y canto, o sea que en mi familia era casi obligatorio estudiar música. Me incliné por el piano como instrumento y la cantada vino de inmediato. Siendo una contralto de la coral de Bellas Artes, fue la plataforma para lo que sería la carrera de mi vida, que comenzó en Nueva York en 1993 por pura coincidencia. Inicié mi carrera en los centros nocturnos de esa ciudad acompañada de las agrupaciones locales por espacio de 10 años. Logré compartir escenarios con grandes artistas como la Sophy, Braulio, Ana Bárbara, Álvaro Torres. También, con Francisco Céspedes, entre muchos otros. Lancé mi primer disco en el género tropical en 2006 titulado “Enero 2”. Bajo la producción musical de Efraín Dávila y la dirección artística de Luisito Quintero. Durante ese tiempo tuve la oportunidad de compartir escenarios con artistas como Paquito Guzmán, José Alberto “El Canario”, Rey Reyes, Frankie Negrón y Jhonny Ventura”.

4. Gran sorpresa

Vivía y trabajaba en Long Island, pero mis días libres visitaba a amigos y familiares en Manhattan. Un domingo en la noche me llevaron a una bohemia para sorprender a una amiga cantante de mi pueblo y la sorprendida fui yo, pues quien tocaba era Félix D’Oleo. A petición del público él me invitó a cantar, ay Dios mío estaba llena de pena y vergüenza, recuerdo que canté “Ojalá” del cantautor cubano Silvio Rodríguez. De ahí en adelante, lo demás es historia. Luego de 25 años de carrera en Nueva York, lo dejé para representar a la República Dominicana en el reality show de la cadena Telemundo Internacional Puerto Rico “Yo Canto” en 2010. Recuerdo que entre miles de participantes quedé entre los 18 y logré un alto nivel de aceptación popular. Es ahí donde añadí a mi nombre artístico “La Mala”, que vino por mi forma de ser directa y clara en mis comentarios”.

5. Gran oportunidad

En 2014 recibí la gran oportunidad de ser la voz nacional de mi país para formar parte de la Orquesta Nacional Papa Molina, dirigida por el maestro Sandy Gabriel con un repertorio de música autóctona dominicana. Ese fue uno de mis grandes anhelos al llegar al país, pero lamentablemente solo duró 5 días, ya que por falta de voluntad política desapareció. Confieso que lo bueno que me dejó es que pude hacer tantos amigos que aún son parte de mi formación artística como Sandy Gabriel, Patricio Bonilla mi productor musical, la profesora Josefina Miniño, quien esa noche mágica en el Teatro Nacional Eduardo Brito se me acercó y me dijo ya sé a quién entregarle mi legado. Eso me hizo muy feliz, fueron palabras que nunca olvidaré, ella se convirtió en mi gran ejemplo a seguir, siendo mi colaboradora incondicional aún en la actualidad”.

6. Marca país

Desde hace tiempo trabajo por el bienestar social junto a instituciones sin fines de lucro, pues desde pequeña he tratado de gestionar ayudas para los más desposeídos. Una de las cosas más recientes fue durante la pandemia, donde  me di cuenta de que soy Marca País ciertamente, ya que el sector empresarial estuvo de lleno en la labor altruista que hicimos en mi pueblo San Francisco de Macorís, siendo éste el primero en registrar zona cero durante la COVID-19. De ahí creamos la Fundación Comenzar de Cero, dedicada a trabajar especialmente en mi ciudad natal. Soy junto a Freddy Ginebra parte fundamental de la institución. El poder servir es parte de mi esencia y mi propósito de vida, pues también trabajo por el bienestar social junto a las fundaciones Rodi, La Merced, Nido para Ángeles, Face y Save the Children”.

7. Experiencia en el cine

En el cine había tenido algunas experiencias de actuación en musicales y en la serie “Mortales”. Mi primera oportunidad fue de la mano de Waddys Jáquez. Un día él me llamó para actuar en la película “La Barbería”, le agradezco mucho porque a partir de ahí me llamó también Raymond y Miguel para participar en sus películas “La Vida de los Reyes” y “Tubérculo Presidente”. Además, participé de los musicales “In the Heights”, “El Camaleón”, “Cabaret y Circo” y “Mama Mía”, bajo la dirección del gran Waddys Jáquez”.

8. Enseñanza de vida

Son muchos momentos inolvidables en mi vida entre emociones, risas y lágrimas. Desde el nacimiento de mi hijo Jedi Michael, otro momento especial fue la noche de los premios Soberano. Algo que marcó mi vida fue la muerte de mi hermano Luichy en plena pandemia. No sólo la muerte, sino la secuela que dejó todo esto, creo que en ese tiempo todos perdimos, pero a la vez ganamos algo, una gran enseñanza de vida para mí en lo personal”.

9. Mayor satisfacción

Una de mis más grandes satisfacciones en estos últimos tiempos es la muestra de amor y respeto que recibo a cada momento de mis dominicanos, ya que luego de vivir tantos años fuera, llegar y poco a poco ir entrando en sus corazones nunca hubiese sido sin el propósito de Dios y el corazón gigante de Alexis Casado, Amaury Sánchez y Freddy Ginebra. Hoy celebro desde lo más profundo de mi corazón la gratitud, tengo un país que amo y me ama, al que espero seguir colaborando con mi trabajo. Soy una creyente fiel de que hay una meta que es restaurar nuestra identidad. Eso comenzó desde el primer día, en mi primer show y mi primer disco “Quisqueyanas”. Dentro de mis mayores satisfacciones ha sido acompañar al más importante gestor cultural de la República Dominicana, Freddy Ginebra con la puesta “Ella Canta, él Cuenta”, dirigida por Raúl Martín. Logramos representar el país en festivales culturales internacionales en Portugal, España, Estados Unidos, Colombia y Panamá”.

10. Casualidad del destino

Decidí ser empresaria desde que vi la oportunidad de un proyecto que quería desarrollar en la República Dominicana. Quería ser más que simplemente artista, trabajar desde la identidad nacional en cuanto a nuestros géneros musicales, resaltar eso y restaurarlo. Recuerdo que en entrevistas me decían que parecía una persona de fuera, era como si fuera un piropo, entonces ahí entendí que teníamos que internacionalizarnos más. Entonces empecé por ahí, ese es un punto que no todo el mundo entendía en ese momento y para venderme como artista en ese sentido iba a tomar tiempo. Por lo tanto, no tuve otra opción de hacer mi propia compañía de representación. Luego, por cosas del destino Dios me puso a unas amistades en mi camino, una pareja de ancianos que tenía un negocio en Plaza Central. Siempre iba a ese lugar a comer sopa, amo los caldos, es mi comida favorita, lo como diario. Recuerdo que ellos se tuvieron que ir de retirada para La Florida y me dejaron el negocio. En ese tiempo estaba haciendo mi disco, no tenía tiempo para atenderlo, pero mi hermana que estaba sin empleo me dijo que se haría cargo. Hoy en día todavía tenemos ese negocio, se llama El Rincón de La Mala, es de comida criolla. Actualmente tenemos 5 empresas y pudimos establecernos en la Zona Colonial con un piano bar donde cantaba y la gente iba a conocerme de todas partes del país. Lamentablemente tuvimos que cerrarlo cuando llegó la pandemia. A partir de ahí Casa de Teatro ha sido como una casa”.

Un gran paso

“Me fui a la ciudad de México de la mano de Rodrigo De La Cadena, un virtuoso conocedor de la música, sobre todo del género del bolero. Él es quien me está produciendo el disco en el formato de Big Band, muy reconocido por su investigación en relación con los artistas, compositores y grandes intérpretes. Es un precursor de las nuevas generaciones, amado por su público. Él es el encargado de hacer el Festival Mundial de Bolero, un espectáculo que ahora es su séptima edición y a la que me invitó para representar a la República Dominicana. Participé en ese festival con un popurrí de composiciones dominicanas al que le llamamos “Unidos por un bolero”, con arreglos de mi director y productor Patricio Bonilla. Ahí estuve con Raúl di Blasio.

Esa noche ha sido de lo más grande que me ha pasado, tuvimos una excelente participación, un público que nos acogió desde que salimos al escenario, iba vestida de Leonel Lirio. Recuerdo que salimos por ocho minutos, pero eso fue suficiente para crear esa gran acogida. Ahora mismo estamos en proceso de grabar un disco en Big Band, producido por Rodrigo De La Cadena, estamos seleccionando los temas”.

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