Luis -Pipe- Urueta, quien dirigió a los Gigantes del Cibao, en la temporada de pelota invernal 2020-21 considera que está en “deuda con la fanaticada y la gerencia del equipo” y lamentó no contar con los abridores de los partidos uno y dos en la final contra las Águilas, que serían los lanzadores de los juegos quinto y sexto, el último de ser necesario.
“No tuvimos a César Valdez por problemas en el cuello y Paolo Espino afectado por el COVID-19”, afirmó Pipe Urueta, quien también se sufrió las consecuencias del virus y no estuvo presente en los últimos dos partidos del conjunto.
Las declaraciones del dirigente de los Gigantes fueron por medio de un video suministrado por Junior Matrillé, Director de Relaciones Públicas del equipo de San Francisco de Macorís. Urueta fue seleccionado como Manager del Año, por la crónica deportiva dominicana.
Las Águilas Cibaeñas, que perdían 1-3 la serie al mejor de siete, ganaron tres encuentros seguidos para llevarse la Copa BHD-León y ser los representantes del país en la Serie del Caribe en Mazatlán-México, en el torneo dedicado a la memoria de don José Manuel Fernández, extinto expresidente de los Tigres del Licey.
Para Pipe Urueta hay muchas maneras de ver el final de la serie con las Águilas al explicar la ausencia de Valdez y Espino, y afirmó que “física, moral y emocionalmente esos muchachos hicieron falta porque le aumentó la presión a los demás”, sin embargo, reconoció el trabajo de los lanzadores abridores de los partidos finales.
En sentido general se sintió complacido por el trabajo que se hizo ya que “logramos la regeneración, la estructura y cumplimos el primer objetivo al llegar a la parte final en la postemporada del torneo, lo que justificó por el esfuerzo de la gerencia que se evidenció en un mejor trato a los jugadores y el personal de coaches”.
“Nuestro objetivo final era ganar la corona y tener éxito en la Serie del Caribe, armamos un equipo ganador, un equipo competitivo”, afirmó Pipe Urueta, reiterando su satisfacción por cumplir la primera etapa y contento por el proceso de remozamiento.
“Es doloroso perder y ver a otro levantar la corona, eso duele, la ventaja es que tenemos un grupo joven y es importante que hayan vivido la experiencia para una próxima oportunidad”, para ser más maduro “ya que creamos una familia, donde muchos alcanzaron crecimiento”.
“Tengo un compromiso de ganar un campeonato para la gerencia y los fanáticos de San Francisco de Macorís, estoy en disposición de regresar, y con Dios delante, espero la oportunidad para cumplir el compromiso.
“Nos faltó poco para ganar y nos sentimos orgulloso de cada uno de los miembros del conjunto, especialmente de su directivos y agradecidos por el trato que nos dieron en todo momento”.
AQUILINO ROSARIO BAEZ