Disidentes de la revuelta de la plaza Tiananmen de Pekín de 1989 inauguraron el viernes en Nueva York el único museo «memorial» del mundo dedicado a los «sueños democráticos del pueblo chino», dos días antes del 34º aniversario de la «brutal represión» del movimiento.
«Los acontecimientos de 1989 tuvieron un impacto no sólo en China, sino en todo el mundo. En un momento en el que nos damos cuenta de la amenaza que supone para la civilización el régimen de (el presidente chino) Xi Jinping, debemos conmemorar (el 4 de junio) de 1989″, declaró a la prensa Wang Dan, fundador de este pequeño museo conmemorativo neoyorquino y una de las principales figuras del movimiento estudiantil de la plaza de Tiananmen.
En una pequeña oficina de un edificio poco atractivo del centro de Manhattan, se exponen fotos, videos, recortes de prensa, carteles, cartas y pancartas sobre este histórico levantamiento democrático que Pekín reprimió con sangre, matando al menos a 1.000 manifestantes pacíficos.
Las organizaciones de derechos humanos afirman que las víctimas se cuentan por miles.
«Debemos conmemorar a quienes sacrificaron sus vidas y recordar los sueños democráticos del pueblo chino en aquella época», instó Wang Dan, que pasó años en prisión en China antes de llegar a Estados Unidos en 1998 para estudiar Historia en Harvard.
Pero «incluso en Estados Unidos sentimos la presión y las amenazas del régimen chino», declaró a la AFP.
Para este disidente, «los acontecimientos de 1989 están ligados al pasado, pero también al presente y al futuro» e hizo un llamamiento para recordar «el verdadero rostro del Partido Comunista Chino» en 1989 y en la actualidad.
Marcha de protesta
Varios opositores chinos y políticos estadounidenses participaron en la ceremonia de inauguración del museo, la única exposición permanente del mundo sobre Tiananmen tras el cierre en 2021 de un museo en Hong Kong.
De hecho, la efervescencia artística que solía acompañar a la conmemoración anual de Tiananmen en Hong Kong prácticamente ha desaparecido bajo el yugo de las autoridades pro-Pekín.
Durante más de 30 años, decenas de miles de personas se reunían cada 4 de junio en el parque Victoria de Hong Kong -devuelto a Pekín por Londres en 1997- para celebrar una vigilia con velas.
Pero desde que China impuso una ley de seguridad nacional en 2020, las autoridades locales han puesto fin a estas concentraciones, han criminalizado la mayor parte de la disidencia y han sofocado el movimiento prodemocracia.
En Nueva York, el viernes por la noche, un grupo de estudiantes chinos se unió a una marcha desde el Museo de Tiananmen hasta el Consulado General de China.
Algunos portaban máscaras y gafas de sol para evitar ser reconocidos y no poner en peligro a sus familias que siguen en China.
A finales de noviembre de 2022, un inusual movimiento hostil hacia el presidente Xi Jinping y su política de «cero covid» sacudió a China. Después varios manifestantes agitaron hojas de papel blanco para simbolizar la censura.
«Más de 40 años han pasado entre las manifestaciones de los ‘papeles blancos’ y las de la plaza Tiananmen, y sin embargo todavía estamos dirigidos por el mismo gobierno cuya naturaleza no ha cambiado ni un poco», dijo a la AFP una manifestante que solo aceptó dar su nombre, Shawn, por razones de seguridad.
A lo largo de esta movilización sin precedentes desde las manifestaciones prodemocráticas de 1989, los participantes exigían el cese de las duras restricciones sanitarias contra el covid-19 y reclamaban mayores libertades un mes después de la reelección de Xi al frente del país.
AFP