El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, anunció este viernes la congelación de precios de los combustibles, que en el último año aumentaron más del 40 %, en un intento de acallar las protestas contra sus reformas económicas y en medio de una creciente crispación por su aparición en los papeles de Pandora.
Una vez más el precio de los combustibles en este país que hasta diciembre de 2019 era miembro de la OPEP, ha vuelto a estar en el centro del tira y afloja entre sectores sociales y el Gobierno, que se ha visto obligado a recular y paralizar el encarecimiento que vienen soportando desde hace algo más de un año.
«Desde hoy, se suspenden los incrementos mensuales de los precios de los combustibles, y se fija el precio de la gasolina Extra en 2,55 dólares y el precio del Diésel para transporte público, comunitario, escolar, de turismo, carga pesada, mixto y para el público en general, en 1,90 dólares», anunció el mandatario.
En paralelo, prometió que hará cumplir los precios oficiales de la canasta básica en el país también lastrada por el impacto de los carburantes en el transporte, que en septiembre fue de 712,85 dólares (711,03 en 2020), otra de las exigencias del sector indígena.
Los movimientos sociales han convocado para el martes 26 una marcha contra las medidas económicas. Y es que desde julio de 2020 rige en el país un sistema de bandas de precios, fijado por el Gobierno de Lenín Moreno, que de facto había mitigado la pérdida de ingresos del Estado por los históricos subsidios de cuatro décadas.
El galón de gasolinas extra (de bajo octanaje) y ecopaís, las más populares, se contabilizaban en julio del año pasado en 1,75 dólares el galón cuando arrancó el sistema de bandas (en función del mercado internacional y con un tope pendulante mensual del 5%), y su actual congelamiento las dejará en 2,55 dólares, lo que representa un incremento del 45%.
El diésel pasó en ese período de 1,00 dólares el galón a los 1,90 de hoy, un aumento del 90 %, y no solo subieron las gasolinas sino también otros derivados que encarecieron los precios del transporte, cuyos representantes sindicales aseguran haber soportado todo su peso sin ayuda de la industria u otros sectores productivos.
Si bien en un principio, Lasso ha buscado el diálogo con los transportistas con los que llegó a acuerdos de principio sobre focalizaciones fiscales que compensaran las pérdidas, finalmente el aumento del barril de Texas (WTI), de referencia en Ecuador hoy a 83,52 dólares (cuando en septiembre cerró a 75), ha terminado precipitando la decisión.
Por ello, el mandatario la argumentó en que se necesita «brindar estabilidad a los bolsillos de los ecuatorianos», y que ha escuchado «a los ciudadanos y los sectores sociales y políticos para generar acuerdos que nos lleven a un entorno estable en el que crecer y generar empleo».
CUESTIÓN SENSIBLE
El movimiento plurinacional Pachakutik, segunda fuerza política, aseguró que «la lucha constante junto al pueblo ecuatoriano logró que hoy el presidente Lasso anuncie el congelamiento del precio de los combustibles» y avisó que vigilará su cumplimiento.
Por su parte, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE) rechazó «el nuevo incremento de 21 centavos al diésel y 5 a las gasolinas» y valoró el anuncio del congelamiento, como «un nuevo incremento que golpea la economía popular».
Las manifestaciones de octubre de 2019 en Ecuador, canalizadas por el liderazgo indígena y que dejaron al menos media docena de fallecidos y 1.500 heridos, tuvieron como detonante la derogación por parte del entonces presidente Moreno de los subsidios a las gasolinas, medida que tuvo que derogar en aras de pacificar el país.
El presidente de la CONAIE, Leonidas Iza, ha convocado a masivas protestas la próxima semana que en principio sindicatos y grupos estudiantiles secundan, en un nuevo pulso popular al Ejecutivo.
«Este Gobierno no se siente dueño de la verdad, al contrario, sabemos que la creación de oportunidades es tarea no solo nuestra, sino de todos», aseguró hoy Lasso.
AGITACIÓN SOCIAL
El estado de agitación social viene incrementándose en las últimas semanas por una crisis sin precedentes en el sistema carcelario con más 250 presos asesinados en lo que va de año, sumado a la creciente inseguridad, que ha llevado al mandatario a declarar sendos estados de excepción para enfrentar ambos escenarios.
Lasso presentó en septiembre un proyecto de ley al Legislativo que contenía reformas tributarias, fiscales y laborales, y que fue rechazado por la Asamblea Nacional, donde cuenta con un exiguo apoyo.
El respaldo ciudadano a Lasso que a inicios de septiembre era del 74 %, según las encuestas más afines, en el último mes ha caído más de diez puntos y analistas avisan de que puede ser mayor incluso, especialmente después de que su nombre apareciera en los papeles de Pandora como uno de los mandatarios en activo con empresas en paraísos fiscales, extremo que él ha negado, y por el que es investigado por una comisión parlamentaria, y la Fiscalía General.
Como credenciales en los poco más de cuatro meses en el cargo, volvió a presentar su exitoso plan de vacunación anticovid-19 por el que más de 10 millones de personas han sido inoculadas, y la creación de 200,000 empleos adecuados en diversos sectores.
EFE