EE.UU.: Policía del Capitolio rechazó ayuda federal

Tres días antes de que los partidarios del presidente Donald Trump irrumpieran en el Congreso estadounidense, el Pentágono preguntó a la policía del Capitolio si necesitaba personal de la Guardia Nacional.

Y a medida que la turba marchaba hacia el edificio el miércoles, funcionarios del Departamento de Justicia se pusieron en contacto para ofrecer agentes del FBI. La policía los rechazó en ambas ocasiones, de acuerdo con funcionarios de defensa de alto rango y dos personas familiarizadas con la cuestión.

Pese a las advertencias de una posible insurrección y bastantes recursos y tiempo para prepararse, la policía del Capitolio sólo realizó planes para una manifestación.

Todavía contrariados por el alboroto que se generó luego de la violenta respuesta de las autoridades a las protestas ocurridas en junio del año pasado cerca de la Casa Blanca, los agentes también tenían la intención de evitar dar cualquier indicio de que el gobierno federal estaba desplegando policías federales o soldados de la Guardia Nacional para enfrentarse a estadounidenses.

El resultado fue que el Capitolio federal fue tomado el miércoles y que los elementos de una agencia del orden público con un amplio presupuesto de operaciones y una gran experiencia en eventos de alta seguridad que protegen a los legisladores se vieran abrumados, ante la mirada del mundo entero. Cuatro manifestantes murieron, incluida una mujer que fue baleada dentro del inmueble.

Los disturbios y la falta de control han planteado fuertes dudas sobre la seguridad en el Capitolio para eventos futuros.

Los acontecimientos ocurridos el miércoles también suscitaron inquietudes sobre el trato hacia los simpatizantes de Trump, quienes en su mayoría eran blancos y se les permitió estar dentro del edificio durante horas, mientras que los manifestantes de raza negra o latinos que protestaron el año pasado contra la brutalidad policial enfrentaron una presencia policial mucho más fuerte y agresiva.

“Esto fue un fracaso de imaginación y de liderazgo”, dijo Art Acevedo, jefe policial de Houston, cuyo departamento respondió a varias protestas de gran tamaño el año pasado luego de la muerte de George Floyd. “La policía del Capitolio debe de hacer un mejor trabajo”.

Acevedo dijo que ha asistido a eventos en el Capitolio para honrar a policías asesinados en los que se había vallas más altas y una mayor presencia policial de lo que vio en videos del miércoles.

El secretario del Ejército, Ryan McCarthy, dijo que mientras se desarrollaban los disturbios, quedó claro que la policía del Capitolio se vio superada.

Pero señaló que no se había preparado un plan de contingencia con antelación en torno a lo que las fuerzas de seguridad podían hacer en caso de que se presentara un problema en el Capitolio, debido a que se rechazó la ayuda del Departamento de Defensa. “Tienen que preguntarnos, esa solicitud tiene que venir a nosotros”, dijo McCarthy.

El jefe de la policía del Capitolio, Steven Sund, bajo presión de los legisladores, se vio obligado a renunciar.

El senador Chuck Schumer, quien próximamente será el líder de la mayoría en el Senado, pidió y recibió la renuncia del sargento de armas de la cámara alta, Michael Stenger, efectiva de inmediato. También se prevé la remoción del sargento de armas de la Cámara de Representantes.

Colleen Long/Lolita Baldor/Michael Balsamo/Nomaan Merchant/AP

Salir de la versión móvil