Washington .- El Gobierno de Estados Unidos repitió lo que se ha convertido en su mantra en las últimas semanas: “la frontera sur no está abierta”, y no lo va a estar tras el levantamiento este jueves en la noche del Título 42, una norma por la que ha estado llevando a cabo expulsiones en caliente durante la pandemia.
Para reforzar este mensaje, el secretario de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), Alejandro Mayorkas, compareció este jueves en la rueda de prensa de la Casa Blanca junto a la portavoz del Gobierno, Karine Jean-Pierre.
Las palabras de Mayorkas fueron prácticamente las mismas que pronunció el miércoles en una rueda de prensa en la sede del DHS, pero su comparecencia en la sala de prensa de la mansión presidencial daba idea de la urgencia a la que se enfrentan las autoridades estadounidenses en la frontera ante el aumento del flujo de migrantes que intenta cruzar desde México.
La frontera sur
El responsable recordó que a partir de la próxima medianoche “la gente que llegue a la frontera sur” estará sujeta al Título 8, la norma que históricamente ha regido el proceso de emigración y que reemplazará al Título 42.
“Esto significa que si alguien llega a nuestra frontera sur después de la próxima medianoche presumiblemente no será apto para asilo y estará sujeto a consecuencias más graves por entrar ilegalmente, lo que incluye una prohibición de un mínimo de cinco años y un enjuiciamiento criminal potencial”, subrayó.
Afirmó que han reforzado el número de efectivos en la zona y que llevan preparándose para este momento desde hace dos años: “Estamos aumentando a 24.000 los agentes de la Patrulla Fronteriza, 4.000 soldados, miles de contratistas y 1.000 funcionarios y jueces de asilo”, enumeró.
Insistió en que esperan grandes cifras de detenciones de migrantes irregulares en el límite con México y que, de hecho, ya están viendo grandes números en ciertos sectores.
EFE