El derecho a opinar

POR MARCOS SANTOS.- Casi todos los ciudadanos en la República Dominicana, tenemos el pleno derecho a emitir nuestras opiniones sobre diversos temas, y cuando decimos casi todos, es que por ejemplo los militares en pleno ejercicio de sus funciones, no pueden inmiscuirse en temas de carácter político.

Lo planteado es un derecho consagrado en la Constitución de la República y no admite ningún tipo de discusión.

Lamentablemente en el actual proceso electoral, donde el pueblo con derecho al voto, elegirá la persona que dirigirá los destinos de la ciudad de San Francisco de Macorís por los siguientes cuatro años, el candidato oficialista es una persona alérgica a las críticas y a los cuestionamientos a su pasada gestión del 2016-2020, e incluso de su actual desempeño electoral, como lo demuestran varias acciones realizadas por él mismo personaje en cuestión.

Aquellas personas que manejan o manejaron fondos públicos, deben saber que están sujetos a ser cuestionadas sobre el manejo de dichos fondos, igualmente la sociedad tiene el pleno derecho a evaluar las ejecutorias de esas personas como funcionario público, tanto en el pasado como en el presente.

La verdad es que raya en lo ridículo pretender manipular la opinión pública, cuando ésta no te favorezca, utilizando métodos que bien podrían ser considerados como extorsión y como corrupción, cuando se le dice a un comunicador que lo tomaran en cuenta tan pronto cuando se gane, como si a la institución que se va, es una especie de botín de guerra.

Los ejemplos sobran en la actual coyuntura electoral.

Y es que desde el propio candidato a la alcaldía del PRM, el comunicador Alex Díaz, y algunas personas de su entorno, existe la firme intención de callar voces que no le favorecen en la presente contienda electoral.

Y da mucha pena, que dichas acciones provengan justamente de un comunicador.

Un comunicador, que obtuvo notoriedad realizando denuncias de supuestos actos de corrupción en las gestiones del ex alcalde Félix Rodríguez.

Y fueron esas denuncias, que lo convirtieron en una figura política atractiva, cuya popularidad lo llevó a ganar la alcaldía en las elecciones del 2016.

Sin embargo, su accionar altanero, prepotente y alejado del partido que lo llevó al poder municipal, fueron parte de las acciones que lo llevaron a terminar muy mal su gestión en términos de popularidad, a tal punto que ni siquiera se atrevió a presentarse como candidato a la reelección, y ahora lo hace apostando al olvido de la gente y de sus propios compañeros de partido.

Esos mismos compañeros que ayer, cuando estaba encumbrado al frente del ayuntamiento, rodeado de su reducida corte, esos dirigentes políticos del PRM de todos los sectores de la ciudad del Jaya, eran humillados y maltratados.

Los dirigentes de los barrios no han sido las únicas víctimas de la arrogancia y falta de compañerismo de Alex Díaz, igualmente figuras importantísimas del PRM y de la misma sociedad, también se cuentan en esa lista de maltratados.

De manera que estamos ante la disyuntiva de callarnos por miedo a ciertas represalias ,o asumimos una actitud digna, decente, apegados al respecto a los demás al momento de emitir nuestras opiniones.

Naturalmente, nos quedamos con la segunda, a sabiendas que nos exponemos a ciertas acciones maliciosas, y al paredón moral en que se han convertido las Redes Sociales.

O quizás seamos protagonistas de algún material audiovisual cargado de irrespeto, falacias, mentiras, calumnias, y otras vagabundearías, como aquel que propagó el mismísimo director del Departamento de Cultura del Ayuntamiento en contra de la candidata a la alcaldía por la Alianza Rescate RD.

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