Los médicos y enfermeros que trataron al futbolista Diego Maradona antes de su muerte deberán ser juzgados por homicidio, según sentenció un juez este miércoles tras acceder a la petición de la fiscalía de abrir una vista oral y pública contra los ocho imputados.
El juicio podría comenzar a finales de 2023 o principios de 2024, según informan medios locales. Entre los ocho imputados se encuentra el médico personal de Maradona, Leopoldo Luque, y su psiquiatra, Agustina Cosachov. Según los investigadores, el equipo médico colocó a Maradona en una situación de indefensión y lo abandonó a su suerte.
Todos ellos niegan las acusaciones. Si son declarados culpables, se enfrentan a penas de prisión de hasta 25 años. La leyenda del fútbol argentino Maradona murió a los 60 años después de un infarto el 25 de noviembre de 2020 en una residencia privada al norte de Buenos Aires. Unas semanas antes, se había sometido a una cirugía cerebral.
Errores durante hospitalización
Según los investigadores, se cometieron errores masivos durante su hospitalización domiciliaria del futbolista argentino. El examen médico dictaminó que el ‘Pelusa’ falleció a causa de «edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada», mientras que también desveló «una miocardiopatía dilatada» y «áreas de isquemia miocárdica» en el corazón.
Además, los médicos forenses detectaron un probable «cuadro cirrótico» en el hígado, «rotura de septos alveolares» y «un foco con edema intraalveolar» en los pulmones, y una «necrosis tubular aguda» en el riñón, pero resultados negativos tanto en alcohol como en estupefacientes.
En cambio, en el organismo de Maradona había restos de venlafaxina, quetiapina, levetiracetam y naltrexona, fármacos que podrían producir arritmias y que se suministraron a un paciente que padecía una cardiopatía crónica.
EUROPA PRESS