POR VINICIO CASTILLO SEMAN.- El gobierno del Pte. Luis Abinader navega en mares de tormenta con una serie de factores que han erosionado su nivel de popularidad. La disminución del crecimiento económico para este año, las altas tasas de interés bancarias, la crisis de los apagones, se han conjugado con un tema muy sensible que fuera la bujía que motorizó la salida del poder del Danilato en 2020: Tema corrupción.
La aparición de graves escándalos de Senasa y Educación en gestiones pasadas, coincidió en el tiempo con un acuerdo llevado a cabo con un cuñado de Danilo Medina, y la estrategia de importantizarlo políticamente, le ha afectado grandemente al gobierno y al PRM, quedando la amarga sensación de impunidad.
El Pte. Abinader, sabedor que la lucha contra la corrupción ha sido una de sus principales banderas, marcó claramente distancia de hechos corrupción en su gobierno cuando expresó que “tiene amigos, no cómplices” y que le toca actuar al MP.
Creo que, a pesar de este enérgico pronunciamiento, el pueblo llano quiere ver acciones contundentes concretas. Es fundamental para el gobierno consolidar en los hechos que no habrá “vacas sagradas” en sonados casos de corrupción.
Igual creo el gobierno debe relanzarse y renovarse. Controlada de tasa del dólar, bajar las tasas de interés resulta crucial para mejorar la actividad económica. La llegada de octubre con cambios en calor sofocante que hemos vivido deberá disminuir la demanda de apagones junto con la incorporación de nuevas plantas previstas al finalizar el año.
El tema migratorio haitiano luce agravado. A pesar de aumento de deportaciones, hay sensación general de que la presencia haitiana ha aumentado por la existencia de una especie de un puerta giratoria, que deporta y expulsa, pero que al mismo tiempo deja entrar por dinero, con una ancestral corrupción militar en la frontera.
Si el Pte. Abinader tiene en cuenta estos factores, podrá rebasar el mal momento por el que atraviesa su gobierno. Que lo rebase, es también muy importante para el país, porque hay sectores oscuros frotándose las manos, apostando a que la situación se agrave y salir a pescar en mar revuelto. Quiero terminar este artículo diciendo que nadie gana si se pierde la estabilidad política, social y económica. ¡Perderíamos todos!
El Presidente Luis Abinader fue electo abrumadoramente en unas elecciones democráticas en primera vuelta el año pasado, con mandato de gobernar hasta el 16 de agosto de 2028 y es responsabilidad de todos, gobierno y oposición, estar ojo avizor sobre cualquier circunstancia que pueda alterar el orden democrático que, con virtudes y defectos, hemos mantenido por casi 60 años, zanjado nuestras diferencias en democracia, con libertad y orden institucional.