El gobierno la tiene bien difícil

POR MARCOS SANTOS. – Son muchos, yo diría demasiados, los factores en contra que tiene la administración de Luis Abinader en la actual coyuntura, por los cuales los coloca en una situación bien difícil en el tema de la gobernabilidad.

Si bien es cierto que el presidente Luis Abinader en su discurso de toma de posesión el pasado 16 de agosto, advirtió que producto de la crisis económica heredada por el tema de la pandemia del Covid-19, iba a recurrir a nuevos empréstitos para hacer frente a la situación, también es cierto que los altos niveles de endeudamiento que tiene el país, es considerado alarmante, no solamente por sectores contrarios al gobierno, si no, el propio Jefe de Estado reveló su preocupación sobre el mismo.

Comparando las recaudaciones previo a la pandemia, éstas se han caído por razones obvias, lo que indica que el gobierno no dispone de los suficientes recursos económicos para desarrollar su programa de gobierno, sobre todo en lo relacionado a la inversión en obras, lo que podría traer altos niveles de descontento en amplios sectores de la población.

De hecho, en el país existen sectores a punto de explotar.

El coronavirus los tiene “aguantados”.

La imposibilidad de imponer una eventual reforma fiscal, es otro factor en contra de la administración de Luis Abinader.

Las reformas fiscales básicamente se hacen para lograr más recaudaciones, y si no se aplica, el gobierno dispondría de menos dinero.

El alza en los precios de los alimentos.

El alza en los precios de los combustibles.

El alza en los precios de los materiales de construcción.

La creciente inseguridad ciudadana.

Los problemas con Haití y los haitianos ilegales en territorio dominicano.

El negocio del entretenimiento constantemente amenazado por las consecuencias de la pandemia.

La inflación.

Las constantes metidas de pata de uno que otro funcionario de alto nivel, medio y de legisladores del partido oficial.

Las pobres gestiones de muchos ayuntamientos encabezados por dirigentes del PRM.

En fin, son muchos los escollos que tiene de frente el presidente Abinader.

El presente panorama es bien difícil, complicado.

Eso nadie lo puede negar.

¿Qué hacer?

Meter presos los políticos corruptos del pasado y del presente, quitarle los bienes adquiridos de manera fraudulenta, seguir trabajando y encomendarse a Dios.

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