SANTO DOMINGO.- El dueño del lujoso yate “Flying Fox”, Dmitry Kamenshchik, fue arrestado por las autoridades rusas en 2016 durante investigaciones vinculadas a una explosión ocurrida en el aeropuerto que dirige en Moscú.
Tras el hecho ocurrido originalmente en enero de 2011, el entonces primer ministro ruso Vladimir Putin (2008-2012), dijo a la prensa que el crimen en el aeropuerto Domodedovo, presidido por Kamenshchik, era “abominable” y prometió venganza por la pérdida de las 37 personas que fallecieron durante el ataque terrorista, según informó la agencia Reuters.
Cinco años después, el gobierno informó el arresto domiciliario del magnate ruso Dmitry Kamenshchik quien “enfrentaba cargos por prestar servicios que no cumplieron con los requisitos de seguridad y provocaron la muerte de varias personas”.
De acuerdo con la BBC, el arresto se produjo “en el contexto de los intentos de larga data del Estado de adquirir una participación en Domodedovo (Aeropuerto)”, según informó el 19 de febrero de 2016 el reportero Oleg Boldyrev de la BBC desde Moscú, quien también declaró que Kamenshchik rechazaba la venta.
Sin embargo, Kamenshchik se desvinculó de los cargos y dijo que el caso criminal no tenía que ver con conflictos con el gobierno ruso. “No tengo miedo porque sé que tengo la verdad”, dijo en ese entonces a periodistas, de acuerdo con agencias internacionales.
De acuerdo con el Portavoz del comité de Investigación de Rusia de la época, el fenecido Vladimir Markin, Kamenshchik habría introducido un nuevo sistema de inspección en el aeropuerto, lo que hizo que fuera más vulnerable a ataques.
Luego el crimen se lo atribuyeron rebeldes chechenos, quienes se inmolaron en el área de llegadas internacionales.
El 1 de julio de 2016, casi cinco meses luego de su arresto domiciliario, una corte de Moscú ordenó la libertad de Kamenshchik.
Sepa Más
Misterio.
Continúa el velo de misterio entorno al Yate Flying Fox, que hoy cumple una semana anclado en el puerto San Soucí, sin que las autoridades hayan rendido un informe sobre una investigación a la aeronave, a instancia de EEUU, sobre lavado de activos y tráfico de armas.
Carolina Pichardo / Adriana Peguero