POR JULIO MARTINEZ POZO.- Cuando el periodista y escritor Miguel Guerrero publicó su ensayo sobre las administraciones perredeístas: 1978-1986 Crónica de una transición fallida, hicimos comentarios en lo que sugeríamos al presidente Luis Abinader y a sus funcionarios leer ese libro y tomarlo como cartilla para que las expectativas de cambio con las que habían llegado al poder no concluyeran en frustraciones, como había ocurrido en el pasado que describe el autor.
Lo mismo sugiero ahora al expresidente Danilo Medina y a toda la dirigencia del Partido de la Liberación Dominicana con la obra que acaba de publicar el comunicador y escritor Pablo Mackinney, “El precio de vencer”, una mirada crítica a las gestiones del partido morado en los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina, que el primero y los dirigentes de su nuevo partido también deben leer.
En el libro de Guerrero encontramos conclusiones como estas: “Los primeros cinco años de la administración perredeísta fueron pobre en realizaciones materiales. En la ciudad de Santo Domingo no había una sola huella física de esa acción gubernamental. Al llegar Jorge Blanco a su primer aniversario como jefe de Estado a la única obra de la que podía enorgullecerse el partido en el poder en la capital de la República era el monumento a fray Antonio Montesino, una donación del gobierno mexicano”.
“Uno de los más costosos errores del oficialista fue interrumpir a partir de 1978, el ritmo de crecimiento de la construcción y descuidar las labores de ornato y embellecimiento de Santo Domingo. Con el pretexto de que habían áreas más prioritarias para la acción oficial, la industria de la construcción descendió a un nivel casi de estancamiento. La situación fue el resultado de una política gubernamental planificada, pero luego le faltó al gobierno del PRD imaginación y decisión para corregir las equivocaciones en este campo las que finalmente tuvieron que ser reconocidas”.
Mackinney afirma en el capítulo introductorio de su obra que “es la crónica de los últimos once años, dos meses y cuatro días de los tres gobiernos del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) presididos por Leonel Fernández (2004-2012) y Danilo Medina (2012-2020); exactamente desde el 16 de agosto de 2008 hasta la noche del domingo 20 de octubre de 2019 en que Fernández, hasta entonces presidente de la organización, anunció su formal renuncia del partido en el que había militado durante 46 años”.
“¿Qué ha ocurrido en el PLD? De tan complicado, el asunto es sencillo. Los partidos políticos son como los amores o los imperios, que cuando desaparecen los principios que inspiraron su creación y sustentaron su existencia desaparecen ellos también. Desaparecen o comienzan a fallecer con esa muerte lenta que es la división, anticipo de la salida parcial o total del control casi absoluto sobre todas las instancias del poder del Estado, como finalmente ha ocurrido”.
En el prólogo, Nelson Espinal Báez, dice que “el autor acusa, con tristeza, dolor y a veces espanto, como esa racionalidad se transformó en complicidad. Pasando de la indignación a la reflexión reconoce que con la elección de Joaquín Balaguer en 1966 hemos ido construyendo una democracia que nos da como favor los que nos toca como derecho”.
El autor reconoce luces y logros a los gobiernos del PLD.