SANTO DOMINGO.- El sector de zonas francas de República Dominicana llega al cierre de 2025 con una expansión sostenida en sus principales indicadores, reflejada en el aumento del espacio productivo, el crecimiento del empleo formal y el mantenimiento de su peso dentro de las exportaciones nacionales.
En los últimos cinco años, la actividad ha registrado avances que consolidan su ritmo de desarrollo y diversificación, en un contexto marcado por cambios en las cadenas globales de suministro y una competencia regional cada vez más intensa. Uno de los indicadores más visibles de esta evolución es el crecimiento del espacio ocupado por las empresas del sector. Entre 2020 y 2025, las zonas francas han incorporado más de 10 millones de pies cuadrados adicionales a su área en uso, de acuerdo con datos ofrecidos a elCaribe por el director ejecutivo del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE), Daniel Liranzo.
Esto representa un aumento superior al 24 % respecto a los niveles de hace cinco años. Solo durante 2025, se proyecta que cerca de un millón de pies cuadrados hayan sido integrados a la actividad productiva, tanto por empresas ya instaladas como por nuevas operaciones.
“Este proceso de expansión ha ido acompañado de un aumento significativo del empleo”, apuntó Liranzo. Y ciertamente, el ramo zona franca supera actualmente los 200 mil empleos directos, un nivel que marca un punto relevante en su trayectoria reciente.
Al considerar los efectos indirectos asociados a esta ocupación, el impacto se extiende a los hogares de más de 600 mil dominicanos durante 2025, lo que refuerza el peso de la actividad en el mercado laboral formal del país. En materia de comercio exterior, las zonas francas mantienen un rol determinante. Para 2025 (una vez se haga el cuadre numérico o sumatoria general), se estima que las exportaciones de bienes del sector superen los US$8,600 millones, y conserven una participación superior al 60 % del valor total exportado por la nación.
Este desempeño confirma la condición de las zonas francas como uno de los pilares del aparato exportador, incluso en un entorno internacional caracterizado por mayor incertidumbre y tensiones comerciales. Ha sido un año convulso.
La dinámica observada en 2025 también se refleja en la actividad empresarial. A lo largo del año se realizaron alrededor de 10 inauguraciones, impulsadas por la llegada y expansión de empresas internacionales que decidieron iniciar o ampliar operaciones en suelo quisqueyano. El Consejo Directivo aprobó la instalación de 82 nuevas empresas y 10 parques de zonas francas, lo que amplía la capacidad instalada y la cobertura territorial del sector.
Una mirada desde Adozona
“Los resultados obtenidos confirman una transformación más profunda”, ha dicho la presidenta de la Asociación Dominicana de Zonas Francas (Adozona), Claudia Pellerano. En una entrevista con el periódico elCaribe indicó que el desempeño reciente valida la consolidación de un modelo productivo que ha sabido crecer no solo en empleo, sino también en sofisticación y presencia territorial, incluso en un contexto global marcado por alta competencia y cambios acelerados en las cadenas de suministro.
A su juicio, la evolución del sector va más allá de una recuperación tras la pandemia de covid. Refleja una transformación estructural que refuerza el papel de las zonas francas como pilar del mercado laboral formal y del aparato exportador. Superar nuevamente los 200 mil empleos, luego de haber caído por debajo de los 120 mil durante la crisis sanitaria, representa, según Pellerano, la validación de un modelo fuerte, dinámico y con capacidad de adaptación.
Presencia en 28 provincias
El crecimiento del empleo en los últimos cinco años, con la incorporación de más de 80 mil nuevos puestos y presencia en 28 provincias, se explica en gran medida por el proceso de diversificación del sector. Además de la llegada de nuevas operaciones, se ha registrado una expansión relevante de empresas ya establecidas, junto con la incorporación de nuevos procesos y tecnologías que han elevado la productividad y añadido mayor valor a distintas actividades productivas. Este dinamismo ha permitido fortalecer la presencia regional de las zonas francas y contribuir a una expansión más equilibrada del mercado laboral.
Provincias como San Cristóbal, Santiago, San Pedro de Macorís, Azua, San Juan y Monseñor Nouel figuran entre las que han registrado los mayores incrementos, impulsados por la concentración de parques y empresas, la generación de economías de escala y el desarrollo de encadenamientos productivos.
Otro rasgo distintivo del crecimiento reciente es el cambio en la calidad del empleo. Más del 50 % de los nuevos puestos creados corresponden a actividades de alto valor agregado, vinculadas a sectores como dispositivos médicos, electrónica, manufactura avanzada, servicios financieros y tecnologías digitales.
Estas áreas demandan personal técnico, bilingüe, con competencias digitales, lo que se traduce en más oportunidades de desarrollo profesional y estabilidad laboral. El proceso ha estado acompañado por un trabajo coordinado entre clústeres que operan en Adozona y las instituciones de formación técnico-profesional.
Criterio que prima para construir otros parques
La decisión de reabrir o construir nuevos parques de zonas francas responde a criterios específicos que buscan garantizar su integración al ecosistema productivo nacional. Entre ellos se considera la ubicación estratégica, la disponibilidad de infraestructura y servicios, el acceso a mano de obra calificada y la conectividad vial y portuaria, elementos clave para asegurar eficiencia operativa y competitividad internacional. El crecimiento del sector incluso en años críticos como 2020 y 2021 se explica por su carácter esencial. Las zonas francas exportan bienes y servicios estratégicos, incluidos insumos médicos y electrónicos, entre otros.
MARTIN POLANCO
